El 8 de enero de 1959, Fidel Castro, acompañado de alrededor mil soldados rebeldes y a bordo de vehículos blindados ingresó a La Habana en donde una multitud lo recibió con elogios y esperanzas. Fidel, saludaba a todo el mundo, venía desde Santiago de Cuba luego de librar duras batallas contra el ejército nacional para derrocar la dictadura.
Castro, cansado por tener días sin dormir, se dirigió a sus compatriotas con un discurso cargado de esperanzas y según el rebelde, sin mentiras. “La tiranía ha sido derrocada. La alegría es inmensa. Y sin embargo, queda mucho por hacer todavía. No nos engañamos creyendo que en lo adelante todo será fácil; quizás en lo adelante todo sea más difícil.”

El discurso esperanzador de aquel 8 de enero de 1959 poco a poco se hacía pedazos en la mente de los cubanos que salieron a recibir a Fidel y sus rebeldes, Cuba estaba involucionando, pocas eran las políticas positivas que los Castro habían implementado en la isla y que hasta la fecha algunas todavía se mantienen.
¿Revolucionario o dictador?, sin duda un poco de ambos, la revolución cubana supone un escaso nivel de vida a raíz de férreas medidas económicas impidiendo que los ciudadanos puedan optar por una mejor posición económica, esto se debe a que gracias a estas medidas económicas, Fidel y Raúl puede mantener cierto control en su muy descontenta población.
La Cuba de hoy se ve casi igual o peor que en aquella dictadura a la que Fidel le hizo frente, el panorama para este 2016 no se ve favorecedor para el régimen, los cubanos han decidido abandonar de forma masiva la isla, tanto así que incluso se ha generado una crisis migratoria en Centroamérica. Las relaciones con Venezuela (principal dotador de petróleo) se divisan cada vez más difícil con la llegada de la oposición venezolana a la Asamblea Nacional, el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos no era lo que se esperaba y podría cambiar cuando Barack Obama deje la Casa Blanca.
Cada 8 de enero, cubanos realizan la llamada “caravana de la libertad” en la que recorren el trayecto que hizo Fidel en su llegada a La Habana, algunos lo hacen por complacer al régimen, otros por que de verdad necesitan expresar sus deseos de libertad. Sin duda aquella entrada avasalladora que Fidel hizo en 1959 le quedo grande.

