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Dos aficionados poseen unas 1.700 variedades de cactus y suculentas en un patio habanero

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Ejemplares de la extensa colección de Raúl Alfonso Guerrero y José Claudio de León. (IPS)

(Diario de Cuba)– Dos pequeños agricultores de la Cooperativa de Créditos y Servicios 27 de noviembre, en el Cotorro, La Habana, han logrado reproducir ejemplares de cactus y suculentas en vías de extinción, dentro de las 1.700 variedades que aseguran poseer, señala un artículo publicado hoy por Inter Press Service.

Solo por el placer de cuidarlos y multiplicarlos, sin ánimos de competir con los jardines botánicos, Raúl Alfonso y José Claudio de León, dicen tener la colección más grande de cactus de Cuba, en un patio familiar que ostenta la categoría de Cuarta Excelencia, máxima que otorga el Grupo Nacional de Agricultura Urbana y Suburbana.

Este proyecto provee el sustento de sus respectivas familias, con la comercialización de plantas ornamentales. De acuerdo con la agencia de noticias, actualmente tienen ejemplares de unas 1.200 especies de cactus y otros de unas 500 variedades de suculentas.

Los cactus —señalan— son suculentas, pero no todas las suculentas son cactus. Para clasificar en esa selecta lista deben tener, además de suculencias (tejidos especiales para almacenar agua), areolas de espinas, explican.

El dúo, con el concurso de sus respectivas esposas y otros integrantes de la familia, ha conseguido ejemplares en vías de extinción en sus entornos originales que asombran a académicos de México cuando ven en este terreno de la Isla las especies en alto riesgo.

Con paciencia y estudio han logrado reproducir, por ejemplo, variedades autóctonas en la naturaleza a 6.000 metros de altitud en Argentina, las lomas de Cuba o las llanuras de Sudáfrica.

Una obra colectiva

“Esto es una obra colectiva. Cuando hay un volumen de plantas así, lleva sacrificio. No es lo mismo atender 40 plantas en un balcón, que miles de ellas”, consideran.

Además de ser el sustento familiar, los cactus son una fuente de conocimiento a compartir en la comunidad y el segmento interesado en el coleccionismo.

“Tenemos círculos de interés con niños y niñas, donde les enseñamos todos sobre los cactus. Ellos se quedan muy embullados porque aprenden a injertar”, indican.

En actividades que organizan en diferentes espacios de La Habana, son precisamente los escolares quienes explican al público los mecanismos de injerto, cómo empieza y termina el proceso, señala Inter Press Service.

“En una ocasión, al Festival de los Cactus, en el Jardín Botánico Nacional, accedieron 18.000 personas, una muestra de la capacidad de estas plantas de cautivar a las mayorías. Y esto es importante porque están muy amenazadas”, apunta De León.

Con el objetivo de conservarlos, estos dos hombres los reproducen de manera bastante extensiva con base en su propio banco de semillas.

Además, intercambian y donan ejemplares a los jardines botánicos del país y han llegado a integrar su red, por lo que participan sistemáticamente en los encuentros de especialistas. Guerrero y De León recuerdan que al comienzo de esta pasión por los cactus todo era diferente.

En los ochenta del pasado siglo se vivió un boom de coleccionismo de cactáceas en Cuba. A veces los vendían en los estanquillos de periódicos y había menos movimientos de entrada y salida de personas del país, una de las fuentes que alimenta hoy las colecciones, rememoran.

“En una ocasión, era el aspirante número diez en una fila por si un cotizado ejemplar de una especie rara de un coleccionista decidía dar algún hijo”, cuenta Guerrero.

Existen 120 géneros de la planta con alrededor de 1.700 especies, casi todas oriundas de América. Los cactus se hallan entre las plantas más resistentes a la aridez y por ello pueden sobrevivir en regiones con ese tipo de clima.

Written by @diariodecuba

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