(Diario de Cuba)– Una represión abierta y “sin precedentes” del régimen cubano contra las iglesias se está dando actualmente en la Isla, donde se registra una escalada contra la libertad religiosa, según un informe publicado por la organización Christian Solidarity Worldwide (CSW), que no menciona de forma específica las fuentes de sus cifras.
De acuerdo con el reporte que publica Christian Today, hubo un aumento en diez veces del número de violaciones de libertad religiosa en Cuba, con 2.300 incidentes separados registrados solo en 2015, en comparación con 220 en 2014.
Este repunte fue impulsado por la agresión del régimen, dice el informe, que declaró 2.000 Asambleas de Dios ilegales y ordenó la demolición de más de 100 sedes.
El informe también valora la relación del Gobierno cubano con las autoridades religiosas como “consistentemente antagónica”, y describió las “tácticas brutales y públicas” empleadas para restringir la libertad de religión y de creencias.
“Semana tras semana, agentes de la seguridad del Estado han ejercido violencia física contra decenas de mujeres, a quienes ha arrastrado fuera de los servicios religiosos a los que asisten los domingos por la mañana”, señala CSW en referencia clara a las Damas de Blanco. “La mayoría fueron detenidas arbitrariamente hasta después de la conclusión de los servicios religiosos”, añade.
“El Gobierno continuó empleando una estrategia de detención arbitraria frecuente, de forma temporal para contrarrestar a los que considera disidentes políticos”, continúa.
“Esta táctica se aplica también a los líderes religiosos que son vistos como problemáticos, y por primera vez en cuatro años, —denuncia la organización religiosa— un líder de la iglesia fue condenado a seis meses en prisión por haber celebrado servicios religiosos no autorizados”.
El informe no ofrece más detalles de la identidad del religioso detenido.
La valoración de CSW señala que el Gobierno cubano está tratando de eliminar la agitación en la sociedad civil tomando medidas enérgicas contra los grupos que apuestan por el cambio social y político.
Mervyn Thomas, director ejecutivo de CSW, insistió en que la organización de caridad no hizo uso de la palabra “sin precedentes” a la ligera.
“Está claro que a pesar de las promesas de reforma, el Gobierno está decidido a mantener un férreo control sobre la sociedad civil, incluidas las iglesias”, dijo en un comunicado.
“Felicitamos la valentía de los grupos religiosos que han hablado públicamente para denunciar estas violaciones y para pedir el derecho a la libertad de religión o de creencias… Instamos a la comunidad internacional a que esté con ellos, y exigir que La Habana dé cuentas de estas violaciones a los derechos humanos”, concluye Thomas.
