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Obama y el viaje a La Habana

Presidente Barack Obama/ Foto: archivo

obamaDiario de Cuba.- La noticia sobre la visita del mandatario norteamericano a Cuba antes de que concluya el primer trimestre del 2016 se revela como la coronación de un proceso irreversible. Con el evento en ciernes, debería quedar claro que gradualidades y pausas aparte, la dinámica del acercamiento continuará más allá del revelo presidencial, el próximo noviembre, independientemente de la tendencia política del vencedor en unas elecciones que podrían favorecer al candidato demócrata.

No obstante, sea quien sea el ganador, es iluso esperar cambios medulares en una línea de acción que se asienta sobre los pilares del pragmatismo y que forma parte de una nueva visión geopolítica de la superpotencia en la región. Obama solo ha sido la cabeza visible de un plan que tuvo y tiene no pocos partidarios tanto en las fuerzas conservadoras como entre los liberales.

Sobre el esperado aterrizaje del Air Force One en el Aeropuerto José Martí con el mandatario más poderoso del mundo a bordo, se derivan varias interrogantes. ¿Obraría esto a favor de un aceleramiento y profundización de los cambios económicos que acontecen en la Isla? ¿Ayudaría a reformular el discurso de la nomenclatura, que insiste en darle rienda suelta a los códigos de la confrontación? ¿Y sobre la cuestión de las violaciones sistemáticas y flagrantes de los derechos fundamentales, que incluyen golpizas, vejaciones en la vía pública y enjuiciamientos sin las debidas garantías procesales contra los activistas prodemocráticos?

Creo que serían saludables acciones o al menos compromisos concretos por parte del Gobierno de la Isla de avanzar en estos puntos indisolublemente ligados a una transición hacia un modelo más racional y despojado de injustificables exclusiones.

Particularmente, me cuesta creer que Obama venga solo a asignarle otra cuota de legitimidad a una dictadura que continúa negándose a la necesaria y lógica descentralización de la economía, a aplicar reformas constitucionales que devuelvan la soberanía al pueblo y al otorgamiento de la libertad incondicional a los presos políticos.

Al analizar el tema no se deben perder de vista los balances políticos y estratégicos de Washington que derivaron en el controvertido acercamiento.

Los intereses terminan imponiéndose en este caso al amparo de realpolitik y eso no debería causar asombro. Se trata de un procedimiento recurrente en el ámbito de las relaciones internacionales.

Desde el inicio, los representantes del Gobierno estadounidenses dijeron, y lo repiten a menudo, que el trayecto a recorrer es largo. Es decir, que las cosas no serán a la medida de los deseos de quienes dentro de Cuba pugnan por la instauración de una democracia a corto plazo.

Habrá que apelar mucho más a la paciencia y a una reestructuración de las tácticas sin lo cual será muy difícil obtener éxitos. No caben dudas de que el escenario tiende a complejizarse mucho más en los años venideros, lo que demandará mayores esfuerzos por una profesionalización que deje a un lado los vanos romanticismos.

Hay que entender las claves de la política y convencerse de que la ruta que lleva a un modelo democrático no es lineal. Además de los obstáculos, tiene forma de laberinto y escasa iluminación. Así que, los tropiezos y las caídas están asegurados. Lo importante es levantarse, sacudirse el polvo y continuar la marcha sin perder las esperanzas.

Confiemos en que algo bueno traerá la visita del presidente Obama para los cubanos que pugnan por el desmontaje del modelo totalitario.

En lo personal, me resisto a creer que el actual inquilino de la Casa Blanca sea un traidor, tal como algunos lo califican dentro y fuera de Cuba desde que hizo pública su disposición a normalizar las relaciones con el régimen encabezado por Raúl Castro.

Ese paso no podría haberse dado sin un consenso entre las elites.

A fin de cuentas, el aislamiento era más simbólico que real y le sirvió de coartada a la dictadura para granjearse el apoyo político y diplomático de medio mundo y camuflar las disfuncionalidades del sistema.

De acuerdo a lo publicado por The New York Times, Obama está listo para realizar el primer viaje de un mandatario norteamericano a la Isla en más de medio siglo. Esperemos por los resultados.

Written by @diariodecuba

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