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Santiago de Cuba, la vida entre sismos

Sismo en Santiago de Cuba (foto de Juventud Rebelde)
Sismo en Santiago de Cuba (foto de Juventud Rebelde)

Santiagueros en la calle como precaución ante los sismos.

Después de cuatro madrugadas de sacudidas, la incertidumbre es el sentimiento que prima en Santiago. Aunque los sismos no han sido muy fuertes, el mayor registró 5 grados en la escala de Richter, la población acató inmediatamente la medida de seguridad principal orientada para estos casos: salir a espacios abiertos.

La Defensa Civil rápidamente desplegó equipos de primeros auxilios en puntos estratégicos que se mantendrán hasta que la situación se normalice.

Tras más de 580 sismos registrados hasta el mates con magnitudes de entre 3 y 5 en la escala de Richter, 25 de ellos perceptibles, los pobladores continúan conmovidos. La anómala frecuencia de estos eventos, es lo que los aterra, pues, según los entendidos, puede ser presagio de un incidente de mayor envergadura, como el ocurrido en 1932.

Cargados de pomos de agua, comida, medicinas, cajas, pequeñas maletas, colchones y catres, la mayoría de los santiagueros durmieron o han tratado de dormir en las calles desde domingo. La ciudad está poblada de edificios multifamiliares y sus habitantes son los primeros en abandonar sus apartamentos.

Los bancos de los parques y contenes de las aceras bullen cada noche de expectantes vecinos rogando que no pase nada. En sitios emblemáticos como el parque Céspedes, la Plaza de Marte, la de la Revolución y el polígono del 26 de Julio, antiguo Cuartel Moncada, centenares de familias se reúnen para pasar la noche juntos.

El trauma del huracán Sandy, que devastó la ciudad en octubre de 2012, se hizo presente en los barrios más desfavorecidos, donde muchas casas están en peligro de derrumbe. Afortunadamente, nada se ha caído. Muchos de los habitantes de estas viviendas sacan muebles y equipos electrodomésticos para prevenir sus enseres del desastre.

El lunes y martes han sido días cargados de recelos. Las escuelas y los centros de trabajo están abiertos, pero la alerta de la Defensa Civil hizo que se tomaran medidas en algunas viejas escuelas del casco histórico, antiguas viviendas adaptadas para este menester, donde se suspendieron los grados de prescolar y primero. El resto de los estudiantes fue mantenido en las áreas abiertas de las instalaciones. Algunos padres decidieron no llevar a sus hijos a los centros, pues sienten que estarán mejor protegidos junto a ellos.

El gobierno local emitió la tarde del martes un programa televisivo titulado “Panel informativo especial”, donde se señaló que no se suspenderían las labores ni la escuela, y que en todas las instituciones se debe estar preparado para enfrentar la anómala situación sismológica. El mismo espacio será transmitido cada tarde para responder las inquietudes de la población.

Este martes, a los temblores se sumó la lluvia asociada a un frente frío, lo que complicó la situación para quienes debían pasar la noche en la calle.

Diario de Cuba

Written by @diariodecuba

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