Cuba se ha caracterizado por poseer una actividad sísmica bastante activa, esto por estar ubicada en una zona con diferentes tipos de fallas en las placas tectónicas que generan estos movimientos telúricos que han marcado pauta en la historia de la isla, uno de ellos fue el terremoto de 1932.
El reloj marcaba las cuatro de la tarde en Santiago de Cuba un 2 de febrero de 1932, de repente un pequeño temblor alerto a los isleños.
La noche llegó y con ella la invitación de descansar para todos los habitantes de Santiago de Cuba, pero no sería una noche normal. A las 1:12 am del 3 de febrero, una fuerte sacudida estremeció las camas de los cubanos.
El ensordecedor ruido producido por el temblor y las paredes cayendo se confundía con los gritos de quienes corrían para evitar quedar bajo los escombros. A los pocos segundos, vuelve a sentirse un temblor pero de menor intensidad que término de desplomar los pocos edificios que quedaban en pie.
Brigadas de rescate de los bomberos, policía, paramédicos y otros organismos se activaron rápidamente para prestarle la ayuda necesaria a quienes se encontraban atrapados. Sin embargo eso sólo era inicio del temblor más aterrador en la historia de Cuba que dejó 25 muertos, 400 heridos y daños en 80% de la ciudad de Santiago.
Cuando el sol salió esa fatídica mañana del 3 de febrero de 1932, los santiagueros miraban por todos lados, observando como las rocas y pilotes de madera impedían el tráfico. A las pocas casas que quedaron en pie se le observaban grietas, mientras que algunos edificios se encontraban totalmente destruidos, entre ellos la sala de Maternidad del Hospital Civil Saturnino Lora, donde varias personas murieron incluyendo a una mujer que recién daba a luz. Ella y su bebe fallecieron por el peso de las rocas.
La noticia rápidamente transcendió por todo el continente con ayuda de una embarcación norteamericana ya que el cableado de luz y teléfono se habían caído casi en su totalidad. Rápidamente se activaron las ayudas; la empresa PanAmerican Airways, envió dos aviones con provisiones para aliviar la escasez de alimentos y agua potable, posteriormente gobiernos y organizaciones se sumaron a esa iniciativa.
Luego de esta catástrofe, los temblores continuaron pero en menor escala; el servicio meteorológico de Antillas Menores, registraron un total de 18 movimientos telúricos desde 1 hasta el 6 de febrero de 1932, con una duración de entre 2 a 18 segundos, siendo el del día 3 el más fuerte, con un fuerza de 6,7 en la escala de richter.
Luego de 84 años de esa fatídica noche, los habitantes de Santiago de Cuba vuelven a sentir temor. Más de 500 temblores mantienen en zozobra a los pobladores quienes han crecido con la historia de quienes vivieron el terremoto de 1932, que dejó a su paso muerte, desespero y destrucción.
