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‘Dialogar es uno de los procesos más difíciles de realizar’

Lago Agrio (Ecuador), 18 de septiembre 2013. En Lago Agrio, Sucumbíos, el Viceministro de Relaciones Exteriores e Integración Política, Marco Albuja, mantuvo un diálogo con los dirigentes de las organizaciones de campesinos afectados por las fumigaciones con glifosato realizadas por Colombia en la zona de frontera con Ecuador. Foto: Fernanda LeMarie - Cancillería del Ecuador.

Diario de Cuba Rosario Espinosa Martínez y Ana Paulina Cerdán Corona son especialistas del Centro de Colaboración Cívica (CCC), en México. El CCC es una organización no partidista y sin fines de lucro, cuya misión es fomentar una cultura y capacidades de diálogo, colaboración y abordaje pacífico de conflictos en México, así como habilitar procesos de cambio que —por la vía del diálogo plural— promuevan el fortalecimiento democrático, el desarrollo sustentable y el Estado de Derecho.

Desde su creación en el 2005, el Centro pertenece a una red internacional de organizaciones dedicadas a la resolución pacífica de conflictos llamada Partners for Democratic Change International.

La mejor metodología del Centro combina las más avanzadas prácticas internacionales con lecciones aprendidas en el contexto mexicano y en los demás centros que la conforman.  Para ello cuentan con un equipo de profesionales expertos en negociación, mediación, facilitación de diálogos y construcción de acuerdos.

Es precisamente sobre algunos de los aspectos esenciales de su trabajo que Rosario Espinosa, que es además Directora de Capacitación del CCC, y Ana Paulina, han aceptado responder a esta entrevista. La compleja trama de disensos que Cuba presenta hoy parece difícil de superar sin una disposición al diálogo y la cooperación constructiva en pos de un futuro satisfactorio para todos.

¿Qué se entiende por democracia participativa? ¿Cómo se inserta en el ejercicio democrático contemporáneo?

Las democracias contemporáneas se enfrentan al gran reto de responder a las expectativas no resueltas por la democracia representativa. Hemos visto en muchos países del mundo, México incluido, que la mera elección libre de representantes no es suficiente para asegurar que efectivamente los intereses de los diversos sectores de la sociedad estén representados, y que la toma de decisiones que tales representantes ejecutan ciertamente responda a las necesidades de los ciudadanos y garantice sus derechos.

En México, por ejemplo, aunque cada vez contamos con mejores condiciones para elegir de forma libre e informada a nuestros representantes, nos enfrentamos constantemente a la realidad de que, una vez electos, no existen ya más canales para conocer el trabajo que realizan en nombre de los ciudadanos y solicitarles cuentas sobre el mismo; o peor aún, a ser testigos de que su trabajo no responde a las necesidades y demandas de la ciudadanía.

Frente a ello, las distintas expresiones que pueden tomar las prácticas democráticas que tienen como base la participación e incidencia directa de la ciudadanía son fundamentales, tanto para exigir un buen trabajo de los representantes electos, como para permitir que la sociedad se apropie de su rol y responsabilidad en los asuntos que son de interés público.

Así pues, la democracia participativa es ese espacio de construcción de acuerdos y toma de decisiones en torno a temas de interés público donde la ciudadanía tiene un rol protagónico. No se opone a la democracia representativa sino que le da cabal cumplimiento. Dejar toda la decisión a un puñado de representantes electos por el voto, es dejar demasiado poder en sus manos. La participación en espacios de deliberación y construcción de acuerdos significa un paso más para que la ciudadanía sea consciente de su poder y lo ejerza.

¿Qué se puede considerar como diálogo exitoso? ¿Cuáles son los principales obstáculos para ello?

Entendemos que un diálogo es exitoso cuando existe una escucha verdadera entre las partes, que les ayuda a reconocer y comprender las posiciones que les han llevado a sus diferencias, sus intereses y necesidades propias. Es un proceso en el que el otro se hace comprensible. En un diálogo exitoso se abona el acercamiento de las relaciones entre las partes y la construcción de confianza entre ellas. Siempre que se establece un diálogo hay actores con necesidades distintas o que conciben modos distintos de satisfacer sus necesidades aunque estas se parezcan. Un resultado provechoso del diálogo es aquel que resuelve las circunstancias o problemas que llevaron al diálogo entre las partes y que crea un ambiente de confianza que vuelve mucho más duradero el acercamiento.

Dialogar parece una actividad simple, pero la práctica cotidiana demuestra que es de los procesos más difíciles de realizar. Por eso son necesarios los facilitadores y especialistas, porque tendemos a construir muchas paredes durante nuestra vida y el diálogo tiene que estar dispuesto, sino a derrumbarlas, sí a pararnos sobre ellas.

Los principales obstáculos para lograr lo anterior son la falta de voluntad y/o compromiso de una o varias partes por dialogar con otras. Aquí caben mentiras o verdades a medias. Los prejuicios y estereotipos tienen mucha influencia en el momento de entablar comunicación y relación entre las partes. Es necesario estar muy atentos para no desconocer las razones del otro más por nuestra incapacidad de oírlo que por nuestra desavenencia real. Escuchar y negociar requiere de preparación y habilidades.

Y por último te diría que es necesario saber qué se quiere del diálogo, la falta de claridad sobre lo que se pretende lograr del diálogo es un obstáculo casi insuperable.

¿Cuál es el papel de la sociedad civil en la promoción del diálogo político y social?

Desde nuestra experiencia, el papel de la sociedad civil es fundamental en demandar y empujar la apertura de espacios de diálogo político y social, sobre todo cuando se trata de avanzar en la garantía de ciertos derechos que no se encuentran plenamente reconocidos. En específico, la relevancia y aporte de la sociedad civil en estos procesos tiene que ver con su conocimiento, mucho más directo, de aquello que afecta a la ciudadanía, lo que aumenta su capacidad para transmitir las preocupaciones y necesidades de sectores amplios de la población en espacio concretos de diálogo con autoridades.

Ese acercamiento le permite jugar un papel de puente entre la ciudanía, considerando que dentro de esta existen diversas voces y visiones, y las autoridades competentes, para la apertura de espacios de diálogo y participación directa. A esos espacios de diálogo, la sociedad civil puede aportar además capacidades y conocimientos específicos para la formulación e implementación de sus resultados.

Además la sociedad civil funciona como un espacio catalizador de las denuncias e inconformidades de la ciudadanía con sus gobernantes, le permite exigir, por esta vía, el pleno cumplimiento de sus derechos.

¿Cómo se estructura el trabajo del CCC?

El CCC trabaja en tres áreas: desarrollo sustentable, seguridad ciudadana y fortalecimiento de capacidades de la sociedad civil. En todos ellos se trata de generar espacios de diálogo y construcción de acuerdos, en asuntos de interés público, a través del fortalecimiento de capacidades de comunicación y negociación efectivas, así como de construcción de coaliciones y acciones de incidencia política.

El centro de nuestro trabajo reside en el diseño y facilitación de diálogos multiactor en los temas ya mencionados, pues consideramos que todas las perspectivas deben ser consideradas en la toma de decisiones estratégicas para los temas de la vida nacional. Otra línea estratégica del CCC es el fortalecimiento de capacidades a través de la impartición de cursos, talleres y diplomados en negociación, construcción de acuerdos, acción sin daño y otras herramientas metodológicas que contribuyen a hacer de estas prácticas una cultura de democracia participativa. Finalmente, también hemos fungidos como mediadores en disputas y conflictos ahí donde es preciso la intervención de una tercera parte imparcial para resolver un conflicto.

Todo esto abona a la institucionalidad de los diversos actores involucrados en asuntos públicos: organismos gubernamentales, academia, organizaciones de la sociedad civil, empresarios, entre otros. La construcción de acuerdos es una apuesta de cada uno de estos actores que participa en el diálogo. Una apuesta por escuchar la perspectiva de todas las demás partes involucradas y de construir juntos opciones de beneficio mutuo. No es un asunto fácil por supuesto, significa para todos los actores la humildad y la fortaleza para escuchar a todos, para comprender sus razones y para proponer su punto de vista, no para imponerlo. Por eso damos tanta importancia a la capacitación en estos temas, pues en la medida en que más fortalecidas estén estas capacidades, hay más posibilidades de un diálogo franco y productivo.

Nuestros esfuerzos están dirigidos a individuos, así como a organizaciones de la sociedad civil, empresas y entidades de gobierno. Entre nuestros usuarios anteriores se encuentran organizaciones nacionales e internacionales que trabajan a favor del medio ambiente, la seguridad, la movilidad, la prevención del delito, los derechos sexuales y reproductivos, la transparencia y la rendición de cuentas; organismos de gobierno municipal, estatal y federal; empresas interesadas en actuar con mayor responsabilidad social; legisladores de todos los partidos; universidades como la UNAM, el CIDE y FLACSO, entre otras.

Written by @diariodecuba

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