El precio del crudo cae en el mundo y automáticamente esto se refleja en las bombas de gasolina. Sin embargo, en Cuba, esta relación matemática parece no existir. Los dueños de autos no entienden la lógica del Gobierno cubano.
Resulta pertinente acotar que, si la economía cubana fuese realmente una economía, los bajos precios del crudo se traducirían en una baja sustancial de las divisas que deberían asignarse para la importación de gasolina, diésel, jetkero, fuel oil y otros productos, lo cual significaría un ahorro importante muy positivo para el país.
Sin embargo, sabemos que no es así. No existe desde hace más de cinco décadas, en términos prácticos, una economía cubana. Existe un modelo político que somete a su designio omnipotente el quehacer económico y social de Cuba.
En consecuencia, la baja de los precios del crudo se traduce en problema muy grave para el régimen, dado que, desde el año 2000, el convenio firmado entre Fidel Castro y Hugo Chávez garantizaba el suministro de crudo y productos en términos nominales de 50% de pago de los cargamentos a la entrega y 50% financiado a 17 años, al 1% de interés.
Es preciso acotar que los pagos en efectivo nunca se produjeron, siendo esta una de las razones principales que condujeron al despido de Guaicaipuro Lameda como presidente de PDVSA, dado su enfrentamiento con los ministros de Energía Alí Rodríguez Araque y Álvaro Silva Calderón.
Este convenio, ha sido totalmente desvirtuado. Tanto, que nunca se ha pagado ni la porción de contado (90 días) ni la deuda de largo plazo. El convenio original estipulada la entrega de 54.000 barriles diarios ( +/- 19 millones barriles año), pero este volumen fue creciendo hasta alcanzar momentos pico de 125.000 barriles diarios y un promedio de 105.000 barriles diarios entre 2007 y 2014.
Tengamos en cuenta que el consumo de Cuba basado en status quo es de unos 100.000 barriles diarios y la Isla produce alrededor de 45.000 a 50.000 barriles diarios de un crudo muy ácido, denominado arduo marlin, producido principalmente por empresas canadienses. Razón por la cual los 54.000 barriles acordados con Venezuela era el volumen necesario para cubrir el consumo. El excedente, como ha sido público y notorio, ha sido comercializado por Cuba (¿jerarquías castristas-chavistas-maduristas?).
Al caer los precios del crudo de una manera tan dramática y la caída en la producción de PDVSA, Venezuela se ha visto en la imperiosa necesidad de recortar los suministros a Petrocaribe, incluyendo a Cuba ( +/- hasta 70.000 barriles diarios), que comenzará afectando al pueblo cubano y a la jerarquía castrista que lideraba el comercio de los excedentes.
Como lo mencionamos, las alianzas se verán afectadas por esta estrepitosa caída que amenaza con prolongarse más de lo calculado por el régimen venezolano. Es un asunto de sobrevivencia. El acuerdo con Goldman Sachs, para negociar la deuda de la República Dominicana, nos debe servir de indicador sobre lo que podría seguir para todo Petrocaribe.
Para el caso de Cuba, sin duda que además se afectarán los pagos leoninos que se hacen desde el régimen venezolano al castrismo cubano por la asistencia de médicos, entrenadores deportivos, servicios de registro, “asesoría” militar, etcétera. Para los países del ALBA, la situación no será muy distinta, ya que con un precio de la cesta venezolana de 55 $/B en promedio para 2015, la holgura para “ayudas” es cero y el déficit nacional es gigantesco.