
“Se trata de concesiones unilaterales de la Administración Obama a Cuba para dar más poder al régimen y permitirle que logre mejorar su economía. Estas regulaciones son una prueba más de que la intención del gobierno de Obama nunca ha estado dirigida al pueblo cubano, sino hacia los monopolios del gobierno cubano y de las empresas estatales”, reza la nota de Rubio.
Por su parte, el congresista Mario Díaz-Balart recalcó que la política de Estados Unidos debería estar centrada en la seguridad nacional, “asegurando mayores libertades políticas y la defensa de los derechos humanos del pueblo cubano, ninguno de los cuales se hace patente a través de las últimas concesiones de Obama.”
“Este intento descarado para permitir el comercio directo con el régimen de Castro ha revelado plenamente que la política del presidente Obama no es la de apoyar al pueblo cubano, sino la de apuntalar a la brutal dictadura antiestadounidense a 90 millas de nuestras costas”, dice Díaz-Balart.
“Con los arrestos políticos superando los 8.000 el año pasado, y los presos políticos como Vladimir Morera Bacallao, Danilo Maldonado Machado (‘El sexto’), y Misael Canet Velázquez, quienes casi perecen en la cárcel en los últimos meses, el historial de derechos humanos del régimen de Castro sigue siendo el peor en nuestro hemisferio”.
“Sin embargo, la mayoría en el Congreso y todos los miembros cubanoestadounidenses, sean demócratas o republicanos, sea en la Cámara o el Senado, siguen oponiéndose ferozmente al apaciguamiento del régimen de Castro por parte del presidente Obama. En contraste con el Presidente, nos mantenemos en solidaridad inquebrantable con los verdaderos líderes de Cuba que son los presos políticos y activistas de derechos humanos que arriesgan todo para exigir un cambio en Cuba”, concluye la nota de Díaz-Balart.