
Desde afuera parece una casa cualquiera en uno de los distritos populosos del sur de la capital, pero dentro hay medio centenar de cubanos con una historia aún peor que la de los 8.000 que protagonizaron la crisis migratoria de los últimos meses en Costa Rica.
Este es el Centro de Aprehensión de Extranjeros de la Policía de Migración costarricense y por su puerta sale Yohandrys Serrano Varona, el joven corpulento y ojeroso que aceptó hablar en nombre de los cubanos acá detenidos y que se acaban de ser deportados a Cuba.
“Preferimos seguir presos que volver a Cuba; que nos peguen un tiro antes”, llegará a decir después de contar por qué han acabado aquí encarcelados y no en las listas de los viajeros que poco a poco, sin faltar las peripecias, retoman su ruta hacia Estados Unidos para beneficiarse con la Ley de Ajuste Cubano. “Muchos vendieron todo al salir. Imagínate volver sin nada y enfrentarse a ser perseguido por salir de la isla. Todo sería peor”. …continuar leyendo aquí