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Belice libera al grupo de 32 inmigrantes cubanos

Foto del grupo de migrantes cubanos. (EL NUEVO HERALD)

Foto del grupo de migrantes cubanos. (EL NUEVO HERALD)
Esta foto sin fecha muestra a una parte del grupo de cubanos que se encuentra en la cárcel de Hattieville, Belice, por haber entrado al país sin permiso. Foto de cortesía

El grupo de inmigrantes cubanos detenidos en Belice desde hace meses fue liberado el jueves en la tarde, según informaron un funcionario de la prisión Central en Hattieville y familiares de los cubanos.

En declaraciones a el Nuevo Herald, el funcionario de la prisión dijo que los 28 hombres y las cuatro mujeres que conformaban el grupo fueron dejados en libertad, aunque la liberación de las mujeres no ha podido ser verificada de manera independiente. El martes el ministro beliceño de Relaciones Exteriores, Wilfred Elrington, había declarado que su gobierno había tomado la decisión de liberar a “28 cubanos”, sin especificar si la decisión se extendería a las mujeres.

Amistades y familiares de los inmigrantes liberados esperan que estos lleguen a territorio mexicano, para luego continuar hasta la frontera con Estados Unidos, destino final de su recorrido.

Pedro Maytín, un cubano que fue detenido en Belice y que aceptó ser deportado a Cuba por problemas salud, narró en un correo electrónico cómo fue arrestado el 7 de agosto, junto a Yorday León Perdomo—uno de los inmigrantes detenidos que habló desde la prisión con el Nuevo Herald—y otros dos hombres.

“Nosotros entramos a Belice por Guatemala por un pueblo que se llama Santa Elena Melchor. Atravesamos el río y caminamos por un monte por más de dos horas. Después un oficial de la policía de Belice vestido de civil nos llevó en una camioneta hasta la mitad del camino, donde los coyotes nos hicieron montarnos en un bus para pasar un punto de control.”

“Si el coyote le hubiese pagado más al oficial, él nos hubiese llevado sin problemas hasta el final del viaje”, especula Maytín, “pero no se pusieron de acuerdo y finalmente nos montamos en el bus y lo que no tenemos claro es quién nos entregó, si el coyote o las personas del bus”,

Según la historia que cuenta Maytín, el bus fue detenido por miembros del ejército beliceño y fueron conducidos hasta una unidad de policía en la que permanecieron dos días hasta comparecer en la corte.

“Allí la jueza nos puso la famosa multa pero le replicamos y nos dijo que pagáramos la multa y nos daba dos horas para salir del país, pero en ese lugar todos los poderes están divorciados, y contrario a lo ordenado, pagamos la multa y fuimos llevado a la prisión donde fuimos olvidados”, agregó. León contó una historia similar cuando se encontraba aún en prisión.

El capítulo 156 del Acta de Inmigración de Belice regula el tratamiento a los extranjeros que intentan entrar al país sin documentos a los que califica de “inmigrantes prohibidos”, junto a “prostitutas y homosexuales”, “idiotas o cualquier persona que esté demente o tenga una deficiencia mental”, entre otras categorías similares a las empleadas en códigos legales ya en desuso en muchos países.

Maytín también describió las condiciones de la Prisión Central de Belice, donde retienen a los inmigrantes que entran ilegalmente al país, un tema que ha sido tratado también por la prensa beliceña.

“Las condiciones allí son horribles. El agua de beber es muy mala, no es agua 100 por ciento potable, es agua de charco. Allí estábamos presos con gente de todo tipo: violadores,narcos, asesinos y personas enfermas con sida y tuberculosis, y la misma dirección de la prisión ha comentado que no tiene los recursos para tratar a los enfermos”, señaló.

Varios de los inmigrantes y familiares entrevistados por el Nuevo Herald, acusan a la Fundación Kolbe, que administra la prisión, de lucrar con los inmigrantes retenidos allí. Según los testimonios de Perdomo y Maytín, la organización religiosa recibe dinero del estado para mantener a los reclusos, por lo que las autoridades de la prisión no tendrían incentivo para dejar ir a los inmigrantes una vez cumplidas sus condenas.

“Belice es un país que cuesta trabajo entender cómo funciona. La cárcel de Belice es privada, y el gobierno le paga al dueño 17.50 dólar [beliceños] por cada persona presa, por eso, que los cubanos estén allí es un negocio, incluso después de haber pagado la multa”, escribió Maytín.

Según estadísticas del International Centre for Prison Studies, en la Universidad de Londres, hasta septiembre del 2015, había 1,545 detenidos en la Prisión Central, el 11.1 por ciento de ellos, extranjeros.

El Nuevo Herald intentó en varias oportunidades contactar al director de la prisión Central de Belice, Virgilio Murillo. En cada ocasión, su secretaria dijo que se encontraba en reunión y no podía antender la llamada.

Written by @elnuevoherald

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