Si le digo que acabo de ver una película cubana en la que se afirma que los mejores escritores de este país están presos, que las mujeres casadas con extranjeros al abandonar Cuba crean un problema demográfico, y además se ironiza sobre el “bloqueo” norteamericano, quizás usted sienta el deseo de correr a verla.
Yo no lo disuadiría de ver el filme, pero le aconsejaría no correr. La cinta en cuestión es La cosa humana, de Gerardo Chijona, estrenada durante el pasado Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, y que ahora se exhibe en las salas de cine del país.
La sinopsis puede resultar atractiva o al menos despertar la necesaria curiosidad para entrar al cine: un ladroncillo con talento para escribir (Héctor Medina) roba un cuento de un escritor consagrado (Vladimir Cruz), casualmente su obra maestra, y lo enmascara. Ambos participan en el mismo concurso literario con versiones diferentes del cuento, y cada uno emplea sus propias armas para ganarlo.
Me parecía difícil que la trama resultara verosímil, pero albergaba la esperanza, quizás por haber visto varios filmes sobre escritores, de que este ahondara en la agonía, la soledad, incluso las miserias humanas de los creadores. Pero antes de la media hora, queda claro que no es esa la intención del director. Al parecer, tampoco que nos tomemos en serio la historia.
Resulta casi imposible creer en el talento oculto, y repentino, del ladrón; en la ignorancia de dos jóvenes cubanos del siglo XXI sobre qué es y para qué sirve una computadora, en el personaje de la teniente poetisa (Mirielis Cejas) y mucho menos en el final de la película.
Los personajes resultan tan caricaturescos y los parlamentos tan ridículos que se tiene la impresión de que la idea es hacernos reír. En ese caso, estaríamos frente a uno de los tantos filmes nacionales que arañan la superficie de los problemas con alguna frase ingeniosa y unos cuantos chistes sobre la realidad nacional. Solo que este ni siquiera hace reír.
Una vez más, se desperdicia un buen elenco (Enrique Molina, Amarilis Núñez, Mario Guerra, Osvaldo Doimeadiós, acompañados por Mirielis Cejas, la breve y ¿necesaria? aparición de Diana Rosa Suárez, además de Cruz, Almirante y Medina), que no logra hacerse justicia.
Si tiene mucho tiempo por delante, poco que hacer, y suficiente curiosidad por el veredicto del certamen literario y la forma (poco verosímil) en que se resuelve la trama de La cosa humana, véala. Puede que hasta logre sonreír en algún momento. Lo difícil será recordarla, incluso quince días después.
