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‘La Aguada de Joaquín’ : Mil y un aventuras escondidas dentro de la Sierra Maestra

Fuente: (Wikimedia)

Caribbean News En la Sierra Maestra, los montañistas que buscan aventuras durante su visita a Cuba encuentran hoy un escenario perfecto para probar suerte y fuerzas, mientras contemplan un paisaje natural muy bien conservado, camino al Pico Turquino.

Esa elevación, el Real del Turquino, constituye el punto más alto de este archipiélago con 1974 metros sobre el nivel del mar, pero el derredor impacta al viajero por su naturaleza, y las tradiciones de los arrieros y campesinos de la zona.

Precisamente, existe entre montañas un punto de descanso conocido como la Aguada de Joaquín, que tiene muchas historias, tanto de cara a los caminantes en sus ascensos, como a un derredor cargado de historia y de labores verdaderamente cruentas.

Manuel Torres es un campesino de la zona con 44 años de edad y la responsabilidad de esa finca, entre otras áreas muy distantes, unas de otras, pertenecientes al intrincado municipio Bartolomé Masó, de la oriental provincia cubana de Granma.

Dentro del municipio Bartolomé Masó. (Fuente: Wikimedia)

Y la Aguada, propiamente es lo que su nombre indica, una especie de oasis en un lugar donde escasea el agua, mientras en esa finca se puede disfrutar del líquido proveniente de un manantial.

UNA HISTORIA, UN CAMINO, MUCHOS CAMINANTES  

La finca tiene mandato en la propia Aguada, la comunidad ecológica de La Platica y Jiménez, una misma área parte del mapa de la cercana provincia de Santiago de Cuba, explica Torres. Este lugar se compone de dos casas una para el descanso de los caminantes y otra donde se encuentra la cocina y el comedor, la sala, otro descanso, y en sus áreas proliferan los jardines y varios paneles solares para abastecer magramente de electricidad al lugar.

Torres lleva 15 años con esta labor de montaña, pues por demás nació por tales lares, donde lidera a 29 trabajadores, entre ellos los 10 de la Aguada.    Esas personas deben estar fuera de sus casas y familias por 15 días, y trasladarse a pie por un sendero engorroso de montaña de subidas y bajadas de ocho kilómetros, que separan del Alto del Naranjo, a donde llegan los vehículos en una inclinada carretera.

Villa Santo Domingo (Fuente: Wikimedia)

El punto más cosmopolita del lugar, por decirlo de algún modo, es la Villa Santo Domingo, junto al Río Yara. Un lugar muy bonito con 40 cabañas rusticas de madera, con todas las comodidades para turistas que diariamente llegan a la región.   Desde allí, se va en vehículos todoterreno hasta el Alto del Naranjo, pasando incluso por una vía asfaltada que tiene en un tramo 40 grados de inclinación.

El paisaje es maravilloso desde que se comienza el camino, y duro a la vez. De esa abrupta zona salen los guías de montaña que además de capitanear a los caminantes, muchos extranjeros, les explican destalles de la flora, la fauna, y la historia del lugar.

En la Aguada propiamente laboran 10 personas, que garantizan la alimentación y el descanso de los viajeros, a solo cinco kilómetros del Turquino, el ascenso y descenso más difícil de todo el camino.

Esas personas por demás, tienen la tarea de la reforestación, cuidado y protección de los bosques y su enriquecimiento con especies muy importantes como la Sabina, el Sabicú y el Copal.

Los senderos están bien delimitados, pues cualquiera se pierde por esos lugares. Además existen variadas señales rusticas, muy bien diseñadas de acuerdo con el entorno, que indican además de las distancias más importantes, los puntos y nombres del camino.    También existe una ruta adicional para los mulos, el único medio de transporte para el lugar, además de las piernas de los parroquianos y campesinos.

Expedicionarios, de distintas nacionalidades, suben al Turquino en la madrugada para llegar al techo de Cuba al amanecer y bajar al mediodía, realizar un frugal almuerzo y luego seguir viaje hasta el Alto del Naranjo, de vuelta a Santo Domingo.

Los campesinos no solo ayudan a los turistas, sino que custodian sembradíos, y ganado, tal el caso de que algunas personas permanecen solas por varios días hasta recibir su relevo, luego de hacer el engorroso camino descrito.

¿POR QUÉ DE JOAQUÍN? ¿QUIÉN ERA EL SUECO EKMAN?  

  La zona tiene varios picos cercanos de menor tamaño que el Real del Turquino. La Aguada se encuentra a mil 364 metros sobre el nivel del mar, y desde allí se pueden ver el Turquino, el Suecia, el Joaquín y el Regino.

Erik Leonard Ekman (Fuente: Wikimedia)

Toda esta área se corresponde con el Parque Natural del Turquino con una extensión de 23 mil 210 hectáreas y lugares de interés como La Comandancia de la Plata, Santo Domingo y la Loma de Sabicú.    Para 1914, un botánico sueco, Erik Leonard Ekman (1883-1931), llegó a Cuba y en particular se interesó por el Pico Turquino, y tuvo la ayuda y alojamiento de Joaquín Sánchez Pujol y su esposa, además de otro campesino de la zona llamado Regino.    Joaquín y Regino le guiaron por la sierra y le llevaron al Pico, y en agradecimiento, le puso sus nombres a dos elevaciones menores en su derredor (la montaña más cercana al Turquino se nombra Pico Suecia).

El Pico Joaquín por tanto está a mil 686 metros sobre el nivel del mar y el Regino a mil 696 metros.    Precisamente en 2010, en La Habana, se develó una tarja en memoria del sueco en La Casa de Humboldt, como reconocimiento a ese científico que murió muy joven, precisamente en República Dominicana a los 47 años, debido a fiebres contraídas en sus expediciones.

La Aguada por tanto se menciona en las cartas como Ecoalojamiento, pero es mucho más que eso. Es punto de reforestación, atención a labores agrarias de montaña, protección de la flora y la fauna, y acompañamiento de aventureros y montañistas.

Si de montañas se trata: Sierra Mar

En las estribaciones de la Sierra Maestra, aparece un lugar de descanso para quienes desean vacacionar en Cuba de manera activa, que hoy crece en el gusto de viajeros de todo el mundo: Sierra Mar.    Su nombre se origina en la combinación de esas dos partes de una geografía muy bien conservada, donde se conjugan el descanso en un equilibrio absoluto de silencio y color, con la posibilidad de caminar, conocer, bucear o simplemente realizar una excursión.

La combinación del Hotel Brisas Sierra Mar y Los Galeones, significa ya un espacio reconocido entre los amantes de los sitios muy especiales; a 62 kilómetros de Santiago (a 860 kilómetros de La Habana).

Fuente: Cubatrechtravel.com

Ubicado en el municipio de Guama, en la provincia de Santiago de Cuba, está al pie de la Fosa de Oriente, parte de la Fosa de Bartle, con seis mil kilómetros de profundidad; cerca del poblado Chibirico, y de camino al Pico Turquino (1974 metros).

Con todos estos atributos naturales, el lugar bien merece un viaje por una estrecha carretera, accidentada, que pone luego ante las pupilas el esplendor necesario para el más exigente caminante.    La playa como tal se nombra Sevilla y posee cuatro kilómetros, el sitio quedó inaugurado para el turismo el 2 de enero de 1994. Se compone de dos establecimientos, Sierra Mar de cuatro estrellas y 200 habitaciones, y Los Galeones, a 12 kilómetros de esa primera instalación, con 34 habitaciones, solo para adultos, que en su lleno total admite 60 personas.

Esta segunda parada, cuenta con una escalera al mar de más de 200 peldaños, a 60 metros sobre el nivel del mar; sin embargo, entre sus más fervientes huéspedes están personas de la tercera edad.

Written by María Fernanda Muñóz

Periodista venezolana. ¿La mejor arma? Humanidad. Pasión se escribe con P de periodismo

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