El noticiero de la televisión cubana el pasado 29 de enero reflejó las opiniones del vicepresidente del gobierno, José Ramón Machado Ventura, cuando calificó de “nada favorables” los resultados obtenidos en enero, el primer mes de zafra azucarera.
Machado Ventura no dijo cuántas toneladas está previsto que se produzcan en la presente campaña –todo indica que pasaron a la larga lista de secretos de Estado– pero parece que no se podrá cumplir el plan de producción.
La sequía se extendió desde octubre de 2014 hasta abril de 2015, con precipitaciones que no excedieron los 90 milímetros. Las afectaciones a la agricultura se sintieron con más fuerza en los campos sembrados de caña. La falta de agua se ha reflejado en su tardía maduración, y por ende, su bajo acumulado de azúcar.
Pero al iniciarse la zafra 2015-2016 llegaron las lluvias. Empezaron en noviembre y cobraron fuerza en enero. Las intensas lluvias provocaron la paralización del tiro de caña por las dificultades presentadas en el corte de las combinadas y en el trasiego de los camiones y remolques cargados de caña.
En estos momentos muelen 34 centrales en las provincias de Villa Clara (la mayor productora de azúcar del país), Sancti Spíritus, Cienfuegos, Camagüey, Ciego de Ávila, Las Tunas, Granma, Holguín, Santiago de Cuba y Guantánamo. Esta última tiene un solo central, el Manuel Tames.
Los nueve centrales de las provincias Artemisa, Mayabeque y Matanzas, en el mes de enero confrontaron bastantes dificultades. Cinco de ellos tuvieron que paralizar totalmente la molida por falta de caña, algo debido a las lluvias. Los cuatro centrales restantes, al cierre de enero, no habían podido iniciar su molienda.
Los siete que todavía no se han no incorporado a la molida para totalizar los 50 que deberán funcionar en la presente zafa, aún no lo han hecho.
Los centrales se paralizaron porque los campos de caña se inundaron de agua. Pero esto ocurrió en los que están ubicados en la parte occidental de la isla, porque en la región central y oriental, de acuerdo a los reportes del Instituto de Meteorología, en diciembre y enero no se reportaron grandes precipitaciones. Si la producción de azúcar en los 34 centrales del oriente y centro del país ha presentado problemas, debe ser por otras causas que hasta ahora no se han explicado.
Ha tenido efectos muy negativos la prolongada sequía. La consecuente baja acumulación de azúcar provocará un decrecimiento de 416 000 toneladas en la producción, lo que representa un 26% menos con respecto a las 1,6 millones de toneladas de la zafra precedente.
En los campos de caña de las 13 empresas azucareras dirigidas por el Grupo Empresarial AZCUBA que debieron estar listos para iniciar los cortes en diciembre, miles de hectáreas sembradas correspondientes a áreas de secano se perdieron.
A estas pérdidas se le suman los bajos rendimientos de toneladas por hectárea que reportan los cañaverales, que tributan a la molienda en la región central y oriental.
Ha sido muy deficiente la atención recibida por las plantaciones en los meses antes del inicio de la presente zafra. Los problemas confrontados en el alistamiento de la tierra atentaron contra la calidad de la siembra y, por tanto, contra los rendimientos.
Para poder superar los efectos de la sequía y la paralización de los centrales por las torrenciales lluvias y la poca disponibilidad de caña, se requerirá que AZCUBA adopte medidas para que las fábricas en activo le saquen el máximo de azúcar de la caña que muelan, a partir de una correcta eficiencia industrial, lo que implicará reducir al mínimo la paralización de la molida por roturas u otros problemas.
origenesmadiba@gmail.com
