Diario de Cuba La reunión del próximo viernes entre el papa Francisco y el patriarca de la Iglesia ortodoxa Kirill no podría celebrarse sin contar con el permiso del presidente Vladimir Putin, quien podría ser uno de los que salieran beneficiados.
En un paso histórico para acabar con el distanciamiento que desde hace 1.000 años mantienen las ramas occidental y oriental de la Cristiandad, los dos líderes religiosos se reunirán en La Habana, aprovechando el viaje que el papa realizará a México.
“No hay duda de que el Kremlin fue parte de esta decisión” dijo Gleb Pavlovsky, un analista político y exconsejero del Kremlin en Moscú. “Si no fuera así, la reunión no se produciría”.
Putin se ha alineado con la Iglesia Rusa Ortodoxa, convirtiendo sus reuniones privadas de dos horas de los viernes, no solo un acto religioso sino también político, especialmente cuando Rusia tiene mala relación con Occidente por Ucrania y Siria.
“Putin claramente ve el valor de su relación con la Iglesia ortodoxa y la relación de la Iglesia ortodoxa con el papa”, dijo un diplomático que habló con condición de anonimato.
“Él entiende que el papa es un actor clave en el escenario mundial y creo que le contentaría tener la posibilidad de usar las mejoradas relaciones entre el Vaticano y la Iglesia ortodoxa para propagar los puntos de vista del Kremlin por el Vaticano”
El patriarca ruso, Kirill, viajará este jueves a América Latina, específicamente a Cuba, donde tendrá lugar el encuentro con el papa Francisco, el primero de un jefe de la Iglesia Ortodoxa y un pontífice romano en casi mil años de cisma.
Un portavoz de la Iglesia ortodoxa rusa dijo el martes que la reunión que tendrá lugar en La Habana “no tiene nada que ver” con la política y defendió que sólo se trata de un encuentro entre dos jefes de Iglesias”.
