CubaNet, LA HABANA, Cuba.- Veneranda Figueredo Soa no puede aspirar a un crédito bancario para reparar el techo de su vivienda o construir un baño. Pero con su pensión no lo pagaría ni en veinte años y ya tiene 72 vividos.
Su única oportunidad era recibir un subsidio del Estado, pero no fue aprobada por las autoridades locales.
Expedientes engavetados, trabas bancarias y otros males en la selección y entrega de subsidios para la reparación y construcción de viviendas, suman al año que corre el remanente de los casos pendientes en 2015, sin contar aquellos que fueron desaprobados y que viven en insalubridad extrema hace más de 10 años.
Figueredo Soa es uno de ellos. Vive en el poblado de Managua, al sur de la capital. Hace 15 años espera por un albergue temporal. Tiene que hacer sus necesidades fisiológicas en un hueco abierto en el patio.
“Hago mis necesidades fisiológicas en una cazuela y luego echo los excrementos en un hoyo en el patio. Tengo certificados médicos de todas mis enfermedades y he enviado cartas a todos lados porque yo no puedo pagar un pedazo de teja en 500 pesos (25 dólares) o un rollo de papel de techo en 400 pesos (20 dólares). Me prometieron un albergue temporal hace 14 años y todavía nada”, comentó Figueredo Soa.
El gobierno cubano sabe que, en su infraestructura habitacional, cuatro de cada diez viviendas están en regular o mal estado. El dato salió a relucir en el último censo.
La responsabilidad sobre la reparación y conservación de los inmuebles recae sobre órganos del Poder Popular y Planificación Física, toda vez que el Instituto Nacional de la Vivienda desapareció. La función principal de estas entidades es actuar como tropa de choque ante la creciente demanda de construcción, y están permeadas por los males que aquejan a otras instituciones como los sobornos, el favoritismo y la corrupción.
Mientras el programa gubernamental de construcción de viviendas decrece por años, el presupuesto para el otorgamiento de subsidios a la población sube la parada.
En 2016 las familias que necesiten emprender por su cuenta acciones constructivas o de remodelación, hipotéticamente tendrán como soporte financiero el “60% de la recaudación por el impuesto sobre las ventas de materiales de construcción”, un 11,5% más con respecto al período anterior (48,5%), según expuso Lina Pedraza Rodríguez, ministra de Finanzas y Precios, en su intervención en el VI Período Ordinario de la Octava Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
María Josefa Hernández Millares, de 68 años y también vecina de Managua, se confiesa “fiel a la revolución cubana” y alega que para ella Fidel Castro es su “padre”. Millares culpa de la negativa a su reiterada solicitud de materiales de la construcción a las autoridades del sector, a los funcionarios del Partido Comunista de Cuba (PCC) y al delegado (representante) local, el ex pelotero del capitalino equipo de Industriales Gerardo Hernández (Pupi).
“Mi expediente (02221) lo tienen engavetado desde el 15 de mayo de 2015, junto al de otras personas que esperan por la ayuda hace cuatro años. Los militantes del PCC son los peores, que hacen daño a este país, con mucho carnet (del Partido) y están acabando”, dijo Josefa con tono de disgusto.
Laritza Diversent Cambara, abogada de la agencia Cubalex, plantea que cada damnificado debe solicitar el subsidio, carta mediante, a la Oficina de Trámites de la Dirección Municipal de la Vivienda. Luego esta elabora un expediente con la situación económica y las condiciones de vivienda de cada solicitante. Finalmente el expediente pasa al gobierno municipal, quien decide si se aprueba o no la ayuda.
“Todo el pago del materiales de construcción y de la mano de obra tiene que ser a través del banco. El banco es quien le paga al Rastro (punto de venta de materiales de la construcción), quien a su vez le paga al trabajador privado (Albañil) que ejecutará lo que quiere hacer el subsidiado”, apuntó Diversent.
Hasta el primer semestre de 2015, el Estado cubano había entregado más recursos financieros en materia de créditos que de subsidios para la construcción y remodelación de viviendas: 63 mil subsidios (1 000 millones de pesos) y 200 mil créditos bancarios (1 800 millones de pesos) desde que se implementó esta política, según cifras oficiales.
En este mismo período el Consejo de Ministros de la República de Cuba aprobó cinco nuevas políticas para la entrega de subsidios, teniendo en cuenta los nuevos “elementos surgidos” en sus análisis anteriores. Uno de los objetivos de esas políticas es “dar una mejor organización y transparencia al otorgamiento de los subsidios a las personas más necesitadas y lograr que estos se empleen para los fines que están concebidos”, según medios oficiales.
La lista de subsidiados aumentará en 2016, se cumpla o no el plan de venta liberada de materiales de la construcción. Pero la demanda habitacional también sumaría a personas como Veneranda o Josefa, víctimas de un sistema donde la corrupción y el favoritismo priman a nivel institucional.
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