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Ondas Gravitacionales: Ciencia con sabor a Nobel

El doctor Roni Gross, jefe del archivo que guarda los documentos manuscritos del científico estadounidense de origen alemán Albert Einstein en la Universidad Hebrea de Jerusalén, muestra sus escritos sobre su teoría sobre la existencia de ondas gravitacionales, en la Universidad Hebrea de Jerusalén, Israel|EFE
El doctor Roni Gross, jefe del archivo que guarda los documentos manuscritos del científico estadounidense de origen alemán Albert Einstein en la Universidad Hebrea de Jerusalén, muestra sus escritos sobre su teoría sobre la existencia de ondas gravitacionales, en la Universidad Hebrea de Jerusalén, Israel|EFE
El doctor Roni Gross, jefe del archivo que guarda los documentos manuscritos del científico estadounidense de origen alemán Albert Einstein en la Universidad Hebrea de Jerusalén, muestra sus escritos sobre su teoría de la existencia de ondas gravitacionales, en la Universidad Hebrea de Jerusalén, Israel|EFE

Las ondas gravitacionales, cuya existencia fue formulada por Albert Einstein en su Teoría de la Relatividad, llevan cien años siendo un misterio, pero la convocatoria de una rueda de prensa para dar detalles sobre uno de los proyectos que las buscan ha disparado la expectación de la comunidad científica.

LIGO son las siglas de un experimento internacional que desde 2004 busca detectar de manera directa estas ondas, de las que ya se tienen indicios indirectos sobre su existencia.

El pasado 14 de septiembre algunos medios especializados se hicieron eco de la inminencia de un anuncio sobre la primera detección de esas ondas, aunque los días pasaron y, al final, todo quedó en nada.

La expectación se renovó, tras la convocatoria para la rueda de prensa en Washington que reunió a científicos del Instituto de Tecnología de California (CALTECH), el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y de la Colaboración Científica LIGO.

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El asistente Emil Schreiber trabaja en el detector de ondas gravitacionales GEO600 en Ruthe, cerca de Hannover, Alemania. La comunidad científica está expectante hoy ante el posible anuncio sobre la detección de las ondas gravitacionales, cuya existencia fue formulada hace cien años por Albert Einstein y permitiría comprender mejor el origen del Universo. EFE/JULIAN STRATENSCHULTE

El objetivo fue presentar a la prensa un informe del estado de las investigaciones sobre las ondas gravitacionales usando el Observatorio de interferometría láser de ondas gravitacionales (LIGO).

Sin embargo, esta no fue la única rueda de prensa que se celebró, a la misma hora también habían convocatorias en Londres, París y Roma.

Francia e Italia forman con otros cinco países europeos el proyecto VIRGO, que busca también las ondas predichas por Einstein y que colabora con LIGO.

La convocatoria, que se realizó en Roma y París, pretendía informar a la prensa sobre los actuales esfuerzos para observar y medir las ondas gravitacionales.

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El doctor Roni Gross, jefe del archivo que guarda los documentos manuscritos del científico estadounidense de origen alemán Albert Einstein en la Universidad Hebrea de Jerusalén, muestra sus escritos sobre su teoría sobre la existencia de ondas gravitacionales, en la Universidad Hebrea de Jerusalén, Israel|EFE/ABIR SULTAN

¿Qué son las ondas gravitacionales?

Las ondas gravitacionales, cuya existencia fue formulada hace un siglo por Albert Einstein, son unas ondulaciones producidas en el continuo espacio-tiempo por acontecimientos muy violentos como la explosión de una supernova o la fusión de dos agujeros negros, que se propagan por todo el Universo.

Usando una metáfora, la Universidad las define como “olas en el océano cósmico”. Einstein descubrió con la Teoría de la Relatividad que los objetos que se mueven en el Universo producen ondulaciones en el espacio-tiempo – una especie de tejido en el que se desarrollan todos los eventos del Universo – las cuales se propagan por el espacio. Estas son las ondas gravitacionales.

El doctor Roni Gross, jefe del archivo que guarda los documentos manuscritos del científico estadounidense de origen alemán Albert Einstein en la Universidad Hebrea de Jerusalén, muestra su teoría sobre la existencia de ondas gravitacionales, en la Universidad Hebrea de Jerusalén, Israel, hoy, 11 de febrero de 2016. La comunidad científica está expectante hoy ante el posible anuncio sobre la detección de las ondas gravitacionales, cuya existencia fue formulada hace cien años por Albert Einstein y permitiría comprender mejor el origen del Universo. EFE/ABIR SULTAN
El doctor Roni Gross, jefe del archivo que guarda los documentos manuscritos del científico estadounidense de origen alemán Albert Einstein en la Universidad Hebrea de Jerusalén, muestra su teoría sobre la existencia de ondas gravitacionales, en la Universidad Hebrea de Jerusalén, Israel. La comunidad científica está expectante ante el posible anuncio sobre la detección de las ondas gravitacionales |EFE/ABIR SULTAN

La teoría sostiene que estas ondas abundan y transportan información sobre los fenómenos que las originaron, probablemente, del propio Big Bang que dio lugar al Universo.

VER: ¿Cuáles son las apocalípticas predicciones de Stephen Hawking?

¿Para qué sirve haberlas detectado?

Las ondas gravitacionales son “una nueva ventana al Universo”. Gracias a ellas se pueden entender los mecanismos por los que suceden algunos de los sucesos más violentos del Cosmos, como las colisiones entre agujeros negros o las explosiones de estrellas. Se podría incluso estudiar lo que pasó un milisegundo después del Big Bang.

También marcarán el inicio de una nueva era en astronomía porque el Universo es casi transparente para ellas, lo que permitirá observar fenómenos astrofísicos que de otra manera permanecerían ocultos -la formación de agujeros negros o cómo se comporta la materia en condiciones extremas.

¿Pero, por qué son tan importantes para explorar el Universo?

El conocimiento del Cosmos se realiza ahora, principalmente, a través de la radiación electromagnética (luz), con ellas se puede “ver”, mientras que con las ondas gravitacionales sería como “oír”, lo que permitiría pasar a través de los objetos que hay entre la Tierra y el otro extremo del Universo, pues las ondas lo atraviesan todo.

¿Por qué se ha tardado tanto en saber a ciencia cierta de su existencia?

Durante décadas ese nuevo tipo de ondas fue casi ignorado. Algunos científicos dudaban de su existencia y otros pensaban que son tan débiles que nunca se podrían detectar. Pero en la década de los setenta el descubrimiento de los púlsaresestrellas de neutrones que emiten luz mientras giran – llevó a la primera evidencia indirecta de su existencia.

Además, los efectos de las ondas gravitacionales son tan pequeños que se necesita detectores gigantescos para intentar dar con ellas.

¿Cómo son esos detectores?

Se trata de enormes instalaciones que usan una tecnología llamada interferometría láser. El mayor de ellos es el Observatorio de interferometría láser de ondas gravitacionales (LIGO) en Estados Unidos, otros detectores son el Virgo en Italia y el GEO600 en Alemania.

Hasta ahora, los detectores están en la superficie terrestre, pero en un futuro se situarán bajo tierra y la misión Elisa de la Agencia Espacial Europea (ESA) va a colocar un detector en el espacio, lo que permitirá detectar ondas gravitacionales en un rango diferente de frecuencias.

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Vista aérea que muestra el detector de ondas gravitacionales GEO600 en Ruthe, cerca de Hannover, Alemania|EFE/JULIAN STRATENSCHULTE

Si se pudiera comprobar su existencia, sería uno de los descubrimientos científicos más grandes de nuestro tiempo, porque su encuentro llenaría un gran vacío en la comprensión del origen del Universo.

Las ondas gravitacionales, una revolución científica con sabor a Nobel

Una nueva forma de mirar al Universo, un descubrimiento que abre perspectivas extraordinarias, una noticia fantástica. Así se han expresado los científicos tras conocer que el proyecto LIGO ha detectado por primera vez ondas gravitacionales, una descubrimiento excepcional que tiene sabor a Premio Nobel.

Uno de los primeros en reaccionar al anuncio, hecho público en una rueda de prensa multitudinaria en Washington, fue el físico británico Stephen Hawking, para quien el descubrimiento abre la puerta a “una nueva forma de mirar del Universo”.

Para el Dr. Stephen Hawking, las ondas gravitacionales representan “una nueva forma de mirar del Universo”|diario16.pe

“Además de probar la Teoría de la Relatividad General, podemos esperar ver agujeros negros a lo largo de la historia del Universo. Podríamos incluso ver los vestigios del Universo primordial, durante el Big Bang“, gracias a las ondas gravitacionales, subrayó.

“Abrir una ventana al Universo” y “escuchar el Cosmos”, son metáforas escuchadas hoy en boca de los expertos para transmitir a los legos en la materia la transcendencia del anuncio hoy del hallazgo logrado por los científicos del observatorio estadounidense de interferometría láser (LIGO), un proyecto que implica a mil científicos de universidades de 16 países.

Y desde la comunidad científica se destacaba que ahora “se comienza a ver el universo con otros ojos” ya que se confirma, en primer lugar, la existencia de las ondas y, además, la existencia de los agujeros negros, como señalaba la investigadora del italiano Instituto Nacional de Física Nuclear italiano (INFN), Pia Astone.

Tal es la importancia de lo sucedido el pasado 14 de septiembre, día en que se detectaron las ondas, que el director del Instituto Max Planck de Física de Hannover (norte de Alemania), Karsten Danzmann, consideró que “tiene potencial de Nobel, no hay duda”.

Karsten Danzmann|u-182-ls004.am10.uni-tuebingen.de

Se trata, según Danzmann, de uno de los descubrimientos científicos más importantes en los últimos años, comparable a la determinación de la estructura del ADN.

Pero como todos los grandes avances de la ciencia, los grandes anuncios suelen ser solo el comienzo de un largo camino de potencialidades.

“Hemos tardado meses en ver que realmente eran las ondas gravitacionales. Pero lo que es verdaderamente emocionante es lo que viene después, abrimos una nueva ventana al Universo”, anunció entusiasmado el director ejecutivo de LIGO, David Reitze.

Director ejecutivo de LIGO, David Reitze|www.ibtimes.co.uk

Un camino en el que no estarán solos, pues durante estos años no solo LIGO ha ido a la caza de las ondas y son varios los proyectos en marcha, entre ellos unos de la Agencia Espacial Europea (ESA).

Los expertos de la ESA se mostraron emocionados por una “noticia fantástica” el descubrimiento de sus colegas, pero se dijeron, sobre todo, deseosos de empezar su propia misión para probar las tecnologías que puedan extender su estudio al espacio.

“Es una noticia fantástica para todos aquellos que estudian la gravedad y la Relatividad General. Enviamos nuestras felicitaciones más sinceras a nuestros colegas en LIGO por su espectacular resultado”, señaló Paul McNamara, del proyecto Lisa Pathfinder de la ESA.

LISA es un proyecto para probar la tecnología de base de posibles futuras misiones para observar las ondas gravitacionales desde el espacio, que se espera que empiece a funcionar el próximo marzo.

La detección de las ondas gravitacionales llegadas a la Tierra son el “eco” de la fusión de dos agujeros negros ocurrida a más de mil millones de años luz, según lo explican expertos de la española Universidad de las Islas Baleares que participan en LIGO.

La investigadora principal de ese grupo español que colabora en LIGO, Alicia Sintes, confesó que ninguno de los investigadores creía que en este primer periodo de observación “se podría ver nada” y aseguró “Ha sido una gran sorpresa”.

Investigadora principal de ese grupo español que colabora en LIGO, Alicia Sintes|www.elmundo.es

Se trata de un triple descubrimiento, precisó Sintes: “Por primera vez se detectan ondas gravitacionales en la Tierra, se observa un sistema compacto de agujeros negros, y la fusión de dos de ellos”.

Una analogía para comprender mejor

Para explicarlo en términos sencillos, la científica Síntes recurrió a una romántica explicación:

“Había dos agujeros negros que están bailando enamorados, están uno al lado del otro, y en un momento dado se besan, se funden y en este momento impresionante generan una cantidad de energía, una potencia nunca vista como la del origen del Universo, y esperamos que en el futuro veamos más agujeros negros bailando”.

Written by @norismarnavas

Productora de contenido en Cubanos por el Mundo. Locutora certificada. Profesora universitaria. Investigadora

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