Venezología. El negocio de los medicamentos es sencillamente sádico. Contratos fantasmas, toneladas de medicinas perdidas y un país en caos es la consecuencia de uno de los negocios más lucrativos.
El Ministerio del Poder Popular para la salud sigue importando medicina caducada de empresas fantasmas. Después de que se le prohibiera el acceso al diputado José Manuel Olivares a los galpones del SEFAR, las dudas sobre lo que se escondía puertas adentro levantaban sospechas.
Desde pastillas anticonceptivas hasta pañales, pasando por medicamentos vencidos y material médico y quirúrgico. Todo se esconde puertas adentro del SEFAR en Las Adjuntas, en Los Teques. Mientras el país vive una gran escasez de insumos una nueva administración que toma el lugar le toca explicar por qué todos esos insumos no han sido distribuidos.
Cajas de Portugal, Argentina, Brasil y Cuba se apilan a casa lado de los pasillos, pero de todas, una llama la atención. Cajas de Ranitidina, un antiácido, se encuentran fuera de una caja de la farmacéutica AICA, de Cuba. Y al parecer este medicamento es sumamente popular para el Ministerio, pues desde 2010 importa 300% más de lo que se necesita y a pesar de que en 2013 se restringió su comercialización por Instituto Nacional de Higiene por no cumplir con los requisitos necesarios, aún sigue llegando.
El negocio puede estar en el precio, un medicamento barato comprado en cantidades desproporcionadas y sin factura; aunque también puede estar en la importación, pues la Casa de Representación que la trae y distribuye desde que empezó el convenio en el 2000, no tiene RIF o registro sanitario y tampoco aparece en el RNC.
Desde 2004 hay registros en la prensa relacionando a la Casa de Representación Nerville S.A. importando medicinas. En 2010 aparece en las cajas de medicinas vencidas denunciadas por la propia Contraloría de la República. En 2013 y 2016 sigue apareciendo en as cajas de medicamentos denunciadas como inseguras y poco transparentes.
Una empresa que no tiene apellido y tampoco un culpable al que señalar. El SEFAR cierra las puertas y abre una nueva olla podrida de medicinas vencidas mientras en el país los venezolanos mueren por falta de medicamentos. Funcionarios del SEFAR aseguraron que lo que hay no se ha distribuido por falta de transporte, pero cuando el diputado Olivares fue, al menos 5 camiones fueron atravesados para que la prensa no pudiera ver las fías de cajas con insumos vencidos.
Sin culpable y, posiblemente, sin consecuencias, más medicamentos se pudren mientras unos pocos se enriquecen con empresas de maletín.