La Nación Con descendencia cubana, estos precandidatos presidenciales son más resistentes sobre el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos. Marco Rubio y Ted Cruz, los dirigentes republicanos no tardaron en cuestionar el viaje del presidente, Barack Obama , a Cuba, que la Casa Blanca debería confirmar este jueves.
Marco Rubio, nacido en Miami de padres cubanos, advirtió que en caso de que él fuera presidente sólo visitaría la isla si fuera un país “libre”.
“La visita de Obama es absurda. Si yo fuera presidente no tomaría en consideración un viaje de este tipo. No iría hasta que Cuba sea libre. No hay elecciones en Cuba. Y un año y dos meses después de la apertura a la isla, el gobierno cubano siegue siendo represivo como siempre”, dijo el senador de Florida ayer a la CNN, calificando el régimen de La Habana de “dictadura comunista antiestadounidense”.
Por su parte, el senador por Texas Ted Cruz, quien va segundo en las encuestas de las primarias republicanas detrás de Donald Trump, ir a Cuba “mientras” Raúl Castro esté en el poder “es un error”.
“Estoy triste pero no sorprendido. La cosa estaba en el aire desde hace tiempo”, indicó el representante del Tea Party.
Además, cuestionó que el presidente “permita que miles de millones de dólares vayan a tiranos que detestan a Estados Unidos”, en relación con la relajación del embargo sobre la isla.
La Casa Blanca anunciará hoy una gira del presidente a América Latina, y especialmente a Cuba, “en las próximas semanas”, según fuentes gubernamentales. El viaje podría incluir una visita a la Argentina.
La última visita de un presidente estadounidense en ejercicio a la isla se remonta a 1928, cuando Calvin Coolidge ocupaba la Casa Blanca.
Tras el anuncio del acercamiento entre Washington y La Habana en diciembre de 2014, ambos países restablecieron sus relaciones diplomáticas en julio de 2015.
El secretario de Estado John Kerry viajó a La Habana en agosto pasado para la reapertura de la embajada estadounidense.
El presidente demócrata expresó en varias oportunidades su voluntad de visitar Cuba, pero subrayando que no le interesaba que su viaje sirviera “simplemente para validar el status quo”.