in ,

Domesticar

Principito y zorro_domesticarDecía el zorro al Principito (en ese pequeño libro que un amigo me dice es el manual de la cursilería), que para domesticar a alguien, había que sentarse un poco más cerca cada vez.

– ¿Quién eres? – dijo el principito. – Eres muy bonito…
– Soy un zorro – dijo el zorro.
– Ven a jugar conmigo – le propuso el principito. – Estoy tan triste…
– No puedo jugar contigo – dijo el zorro. – No estoy domesticado.

Domesticar. Domesticar… Él estaba triste. Había dejado muy lejos a la rosa, en su pasado. Una rosa que -siempre he creído- era muy superficial, porque lloraba y mentía solo para que el Principito se quedara a su lado un poco más.

– ¿Qué significa domesticar?
– Es algo demasiado olvidado – dijo el zorro. – Significa crear lazos…
– ¿Crear lazos?
– Claro – dijo el zorro. – Todavía no eres para mí más que un niño parecido a otros cien mil niños. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro parecido a otros cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo. Yo seré para ti único en el mundo…

Yo me aferro a las palabras. Quisiera creer que domesticar no es algo demasiado olvidado. Aunque “se corre el riesgo de llorar un poco si uno se ha dejado domesticar”.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Abrirán frontera colombo-venezolana para el paso de vehículos de carga vacíos

Crisis venezolana: Escasean productos en isla Margarita por falta de barcos de carga