El socialismo se derrumba pieza a pieza en Latinoamérica. Los “grandes” exponentes del continente en la corriente izquierdista y bajo la promesa de lo que para muchos es un “mal llamado socialismo del siglo XXI” empiezan a quedar atrás, ante una población que firmemente dice NO a la promesa de la equidad social convertida en escándalos de corrupción y malversación de fondos.
Más que “socialismo” era populismo, lo que se había apoderado del continente. Promesas de equidad y justicia, mensajes a las masas de justicia obrera. Hoy son los vestigios de esta esperanzadora propuesta.
Pero ¿Por qué han caído uno a uno los líderes de la izquierda?
Caudillos políticos como el mismo comandante venezolano Hugo Chávez, Evo Morales, Lula Da Silva, Dilma Rousseff, los Kirchner, ente otros, se impusieron a menudo cómodamente en los comicios de sus países generando una imagen de incombustibilidad, misma que ha sido puesto en duda desde el pasado noviembre.
Pero la realidad es que ninguno de los antes mencionados ha cumplido con lo prometido.
Nicolás Maduro
Venezuela, en medio del caos que originó Hugo Chávez antes y después de Nicolás Maduro, pues a pesar de que el mundo ha hecho énfasis en la frase “Maduro no es Chávez” es vital recordar que la crisis del país fue heredada por el actual mandatario, solo que este no goza de liderazgo dentro del chavismo ni carisma como gobernante, hecho que quedó demostrado en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre.
Cristina Fernández de Kirchner
El kirchnerismo argentino cayó bajo el peso de sus claudicaciones. Aún cuando no aspiraba a la reelección, el candidato de los Kirchner, Daniel Scioli logró ser derrotado por un decidido Mauricio Macri. La polarización de la sociedad argentina es quizás uno de los efectos más notorios que dejan atrás los 12 años de gobierno kirchnerista. La mezcla de pasión y odio que inspiraron Kirchner y su esposa y sucesora fue comparado por muchos con la que en el pasado generaron Juan Domingo Perón y su esposa Evita.
Evo Morales
El referéndum boliviano derrotó el intento de Evo Morales de una reforma constitucional que le habilitara una tercera reelección, llevando a por lo menos 20 años su ejercicio de la presidencia, que ahora tendrá que abandonar en 2019.
Esta es la primera derrota electoral de Morales, una muy similar a la que sufrió Chávez en la consulta del 2007 (su también primer fracaso electoral) y con propósitos idénticos, buscar su afianzamiento en el poder a través de una reforma constitucional.
Un gobierno útil debe llenar tres requisitos básicos. Tiene que ser plenamente democrático, actuar con visión y equilibrio en el manejo de la economía y cumplir o poner en marcha programas provechosos durante un período de gobierno o, como máximo, dos a través de una sola reelección. Si algún aspirante a presidente tiene dudas, le bastará con mirar a Venezuela, Bolivia, Ecuador o al kirchnerismo.
Y mientras los cubanos se preguntan:
¿Y los Castro para cuándo?
