El Festival Internacional de La Canción de Viña del Mar que empezó el lunes 22 de febrero y se alargó hasta el sábado 27 de febrero, tuvo lugar en el anfiteatro de la Quinta Vergara que tiene capacidad para unos 15.000 espectadores.

El gran festival de la canción estuvo animado por Carolina de Moras y Rafael Araneda.

Indudablemente Carolina de Moras se destacó por sus variopintos diseños y un estilismo exquisito que saltaban a la vista de toda la Quinta Vergara ¡Bellísima!

El jurado de la competición estuvo conformado por compositores, animadores de televisión y cantantes chilenos y extranjeros.

Como siempre, el magno evento fue muy concurrido con una audiencia variopinta y entusiasta, no solo de Chile, sino de distintos países de latinoamericanos.

A continuación le presentamos un resumen de los momentos más icónicos del magno evento anual.

Marco Antonio Solís deleitó al Festival de Viña con sus baladas melancólicas

Marco Antonio Solís sedujo al público que colmaba el anfiteatro de la Quinta Vergara durante la primera jornada del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar.

Dentro de sus interpretaciones incluyó: “Sin pensarlo”, “Cuando te acuerdes de mí”, “Si te pudiera mentir”, “Donde estará mi primavera” y “Por amor a Morelia”. El tema “Tú me vuelves loco” consiguió arrancar al público de sus sillas y contagiarlo de un movimiento salsero que se acentuó cuando dos bailarinas de cortas minifaldas subieron al escenario.

El mexicano también le puso algo de alma chilena a su “Yo vendo unos ojos negros”, una ranchera que cantó acompañado de unas bailarinas vestidas como huasas, el traje folclórico del país austral, y que él bailó con una bandera chilena a sus hombros.

El cantante, quien fue ampliamente ovacionado por un afanado público, obtuvo dos gaviotas en la 57 edición del Festival Internacional de La Canción de Viña del Mar.

El alma roquera de Eros Ramazzotti se apoderó de Viña

El músico italiano de 52 años sedujo a la audiencia más sentimental con un concierto de más de una hora y media en el que revisó los temas de “Perfecto”, el decimotercer disco de estudio de su carrera, que rejuvenece su característico pop melódico con influjos de folk y de country estadounidense.

Eros saltó al escenario con los temas: “La sombra del gigante”, “Terra promessa”, “Estrella gemela” y “Flor nacida ayer”. Pero la verdadera eclosión de la noche llegó con las anheladas “Otra como tú” y “Una para siempre” que el público entonó fanáticamente.

La pieza “Cosas de la vida” convirtió el recinto en un mar de pequeñas pantallas relucientes con las que la audiencia quería retener los últimos instantes de un emotivo espectáculo.

Como no podía ser de otra manera, Ramazzotti se despidió del escenario viñamarino con las célebres “Fuego en el fuego” y la “Cosa más bella”.

Ana Torroja bañó de amor a Viña del Mar

La cantante española Ana Torroja revivió los clásicos de su exbanda Mecano y un puñado de sus últimas canciones en una presentación que bañó de amor el cierre de la segunda noche del Festival de Viña del Mar.

La cálida voz de Torroja entonó piezas como: “La fuerza del destino”, “Hoy no me puedo levantar”, “Cruz de Navajas” y “Duele el amor”; entre otras.

La cantante, que confesó al público que “estas noches son con las que una sueña, pero nunca llegan”, invitó a escena a la mexicana Paty Cantú con quien interpretó a dúo “Mujer contra mujer”, una canción que, a finales de los ochenta, se transformó en un referente para la lucha a favor de los derechos de los homosexuales en España.

Alejandro Sanz enamoró con rock romántico y almíbar

Alejandro Sanz interpretó con gran éxito las piezas de su última producción “Sirope”. Aplausos, gritos y declaraciones de amor marcaron la entrada en escena del músico español, que corrió por el medio del público y tomó lugar entre una batería de instrumentos para entonar con guitarra en mano la canción “la vida que respira”, de su más reciente producción.

El compositor interpretó sus más recientes letras como “Un zombi a la intemperie” y “A que no me dejas”, que en su versión original es interpretada a dúo con el mexicano Alejandro Fernández y será el tema central de una telenovela del país azteca.

Además, el ganador de 17 premios Grammy Latino entonó letras como “Camino de rosas”, “La música no se toca” y “Vengo del aire”, himnos latentes en hispanoamérica hace más de una década, frente a más de 15 mil seguidores que desbordaron el capitalino Movistar Arena con globos de color rojo, camisetas, cintillos y carteles con la estampa del cantante.

Lionel Richie: fiesta y éxitos

“all night long”

Lionel Richie, transformó la Quinta Vergara, en una pista de baile ochentera que llenó con todos sus grandes éxitos en solitario y los clásicos inolvidables de “The Commodores”. Esta leyenda de la música arrancó la noche con “Running with the night” e invitó al público que vivió el apogeo de la onda disco a revivirla durante una hora y media de pura euforia.

“Que siga la fiesta. ¡Vamos a pasar una noche genial!”, dijo el icono de la música de los años 80 que se presentó ante los 15.000 asistentes vestido de negro de pies a cabeza y con una cruz colgante.

El artista de Alabama llegó a Chile después de ser homenajeado en Los Ángeles por su exhuberante y exitosa trayectoria que inició de la mano del grupo de R&B del sello Motown, The Commodores.

“Es un honor estar aquí con ustedes, tocaremos tantas canciones como podamos, y tantas como yo pueda recordar”, señaló el estadounidense antes de entonar “Easy”, la lenta balada que acompañó con un piano de cola y que ya sonó en este escenario cuando “Faith no more” la interpretó en 1991.

Las baladas “I love you” y “Say you, Say me”, transportaron a todos los asistentes a las bandas sonoras de sus primeras citas románticas e incitó a las parejas a fundirse en caricias.

Lionel declaró su amor eterno a la Quinta Vergara con la balada “Endless Love”, que grabó junto a Diana Ross en 1981 y que las chilenas corearon a pleno pulmón. “¿Quién necesita a una Diana cuando puede tener 10.000 de ellas?”, preguntó.

“Todo el mundo de pie -exigió-, ahora vamos a bailar en el techo” mientras sonaban los primeros acordes de “Dancing on the ceiling” que concluyó con la introducción de otro clásico de los ochenta: “Jump” de Van Halen. Con ella hizo ademán de despedirse.

Pero la masa, sedienta de espectáculo, no aceptó el punto y final y, tras cinco minutos de reclamos e incansables ovaciones, este mago del pop soltó los bises encabezados por “Hello”, “All night long” y “We are the world”.

Rick Astley ¡Renació en Viña!

El cantante británico Rick Astley consolidó el segundo aire de su carrera musical en el escenario de Viña del Mar con un pop bailable y romántico que trae al recuerdo los nostálgicos sonidos de la década de los ochenta.

Los bailes protagonizados por Astley transformaron el anfiteatro de la Quinta Vergara en una pista de baile que evocó los mejores momentos del Studio 54, la legendaria sala neoyorquina que vivió el apogeo de la música disco.

El concierto arrancó con la pegajosa “Together forever”, el otro clásico del disco debut del nacido en Lancashire, “Whenever you need somebody” de 1987 y “She wants to dance with me”.

El inglés que es más conocido por sus canciones bailables, demostró en Viña que posee un impresionante registro vocal, algo que quedó plasmado cuando interpretó “When I fall in love”, melodía del jazzista estadounidense Nat “King” Cole.

Astley también se dio el tiempo para conectarse con los más jóvenes al cantar “Uptown funk”, del productor Mark Ronson y la emergente estrella del pop, Bruno Mars. El momento más esperado de la noche llegó cuando Rick Astley bailó y cantó la canción que le dio sentido al “Rickrolling”: “Never gonna give you up” desató la euforia de todos los asistentes.

Pablo Alborán inundó a Viña con metáforas románticas

Pablo Alborán sedujo al público chileno con su cálida propuesta y sus metáforas románticas. Alborán desató la locura entre sus incondicionales chilenos con un concierto de una hora y media durante la cual repasó los temas de su reciente álbum “Terral” (2014) y también los éxitos de sus discos anteriores. Inició su espectáculo con “La escalera” uno de los temas de su último trabajo.

Una de las sorpresas de la jornada fue la interpretación de “Éxtasis” junto a la cantante chilena Francisca Valenzuela. El tema es uno de los sencillos de su enérgico álbum “Tanto”. Y, de repente, el flamenco se tomó el escenario. Un dúo con cajón a ritmo de bulerías junto al percusionista Carlos Martí transformó el anfiteatro en un tablao de Sevilla.

Con “Ecos” y “Dónde está el amor”, que el español acompañó con un piano de cola, se izó definitivamente la bandera del romanticismo y todas las seguidoras se perdieron por los senderos del amor.

Con Nicky Jam llegó el reguetón a Viña

El reguetonero, que llegó en Chile tras destacar en el mercado musical internacional a lo largo de todo el 2015, evidenció que sus canciones de estudio suenan significativamente mejor que sus directos. No obstante, el público que abarrotaba el anfiteatro de la Quinta Vergara no parecía preocupado por el hecho e hizo gala del denominado ‘perreo’ en cada melodía.

El concierto no dejó sorpresas para el final y arrancó con “Travesuras”, una de sus canciones más reconocidas. Nicky Jam, cuyo verdadero nombre es Nicky Rivera, repasó sus grandes éxitos como “El perdón”, canción ganadora en los pasados premios Grammy Latinos como Mejor Interpretación Urbana.

Uno de los grandes momentos de la velada llegó cuando el tatuado cantante interpretó “Ay vamos”, una canción original del colombiano J Balvin y que él reversionó junto a French Montana para la película Fast and Furious 7.