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¡Jubilados y sin pensión!

Cubanet. Antonio Gómez y Concepción Peña son una pareja de jubilados que desde hace más de tres años salen cada tarde de su hogar y se sientan en una esquina, junto a una mesa que traen de su casa. Allí venden confituras a la gente que regresa a sus hogares a esa hora del día.

“Los hacemos porque nuestra pensión no alcanza para comprar las cosas que nos hacen falta en la casa, y con lo que ganamos de esto podemos resolver algunas necesidades”, comenta Concepción, a quien conocen mejor como Conchita.

Sin embargo, ellos no son los únicos. Se ha hecho común que la mayoría de los jubilados en Cuba tengan que continuar trabajando porque sus necesidades no las cubre la seguridad social que brinda el Estado.

La disminución de lo que el Estado cubano considera “gratuidades”, ha afectado considerablemente a este grupo poblacional que cada día se ve más limitado y con más carencias por la subida constante de precios, sobre todo en los productos agropecuarios y los farmacéuticos.

Mario Fernández, un hombre de 74 años de edad, comenta que el gobierno nunca le ha ayudado a sobrevivir en medio de sus carencias económicas y maritales: “Vivo con mi mujer enferma y tengo que ayudarla, no tengo hijos que me apoyen, pero aun así, nunca el Estado o ninguna de sus organizaciones me ha tocado la puerta a ofrecerme nada”.

Un futuro incierto para nuestros mayores

La disminución de la natalidad en Cuba, así como la masiva emigración de los jóvenes, ha provocado un marcado envejecimiento poblacional en la nación. Se calcula que para el 2025, según datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, más de tres millones de personas sobrepasarán los 65 años de edad, lo que posicionará al país como uno de los más envejecidos de toda Latinoamérica.

“A la verdad que es mejor ni pensar en eso”, reaccionó Andrés Hernández, un hombre de 50 años de edad al pensar que dentro de pocos años sería un pensionado más que tiene que depender de sus familiares o vivir trabajando el resto de su vida para poder sobrevivir.

Written by María Fernanda Muñóz

Periodista venezolana. ¿La mejor arma? Humanidad. Pasión se escribe con P de periodismo

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