Cuba no escapa al flagelo de la droga, esta desgracia más que un vicio, es una enfermedad que afecta no sólo a los adictos, que al consumirla minimizan sus posibilidades de poder llevar una vida normal, trabajar, ser una parte sana y útil de la sociedad, sino también su moralidad y a su entorno familiar, porque los adictos a las drogas son capaces de robar no solo en la calle, sino en su casa y hasta a su propia familia con tal de obtener dinero para comprar la droga que los mantiene sumidos en la desgracia.
Con información tomada de CubaNet