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Cubanos de Florida al rescate de Marco Rubio

A Dolores Carbonell, de 91 años, le gustan las ideas de Marco Rubio y el modo en que habla - Manuel Trillo
A Dolores Carbonell, de 91 años, le gustan las ideas de Marco Rubio y el modo en que habla - Manuel Trillo
A Dolores Carbonell, de 91 años, le gustan las ideas de Marco Rubio y el modo en que habla – Manuel Trillo|ABC

ABC.- Tras el revolcón sufrido por Marco Rubio en el reciente Supermartes, en el que únicamente se apuntó la victoria en Minnesota, el senador por Florida fía toda su suerte en la carrera republicana a su tierra de origen. «Qué bueno es estar en casa», dijo en el mitin que celebró en Miami como cierre de la amarga jornada electoral en la que vio cómo Donald Trump, y en menor medida Ted Cruz, ampliaban su ventaja sobre él.

Rubio no lo da todo por perdido y espera que su propio estado sea el punto de partida para la remontada. «Dentro de dos semanas, aquí en Florida, vamos a mandar un mensaje alto y claro: que el partido de Lincoln y Reagan, y la presidencia de los Estados Unidos, jamás estará en manos de un estafador», señaló en alusión al multimillonario neoyorquino.

Entre los seguidores que acudieron el martes a brindarle su apoyo abundaban los que, como él, tienen sus raíces en Cuba. «Me identifico con él», asegura a ABC Ozzy Pérez, un veterano de la guerra de Irak cuyos padres cubanos sufrieron años de prisión bajo el régimen castrista. A su juicio, Rubio entiende que «el comunismo tiene que ser derrotado en todas partes del mundo» y «tiene su fe bien agarrada a su corazón».

A su madre, Lidia, le gustan «sus ideas» y destaca su «carisma» y que «va a hacer algo con la inmigración», porque, según dice, no se sabe quiénes están entrando en el país. Lo prefiere a Donald Trump, al que considera «un loco» y una persona del que no se fía por sus cambios de ideas. «Fue liberal hasta el otro día» e «íntimo amigo de Clinton», asegura. Por eso esta mujer que vivió encarcelada seis años en Cuba dice no estar «segura de lo que piensa y quiere», al contrario de Rubio, a quien atribuye una trayectoria siempre en la misma línea.

De esa misma opinión es Manuel Vega, fisioterapeuta de 46 años, también cubano. «¿En quién vamos a confiar, en Donald Trump, que dice que la Constitución de los EEUU es negociable? La Constitución no es negociable», dice rotundo. «No podemos confiar en una persona que cambia de opinión según le paguen», señala Vega, que aventura incluso que «posiblemente muchos seguidores del Partido Demócrata estén votando en aquellos estados donde pueden votar en las elecciones de los republicanos, y eso puede estar variando los resultados».

Pese a los resultados adversos en el Supermartes, Vega afirma que Marco Rubio «se mantiene vivo» y confía en que las primarias en Florida sean «el despegue para los demás estados que queden». «Aunque serruchen el piso, Marco Rubio va a ser el campeón», sentencia.

Senador de la Florida Marco Rubio y su esposa Jeanette frente a una multitud después de que anunciara su candidatura a la nominación presidencial|www.elnuevoherald.com
Senador de la Florida Marco Rubio y su esposa Jeanette frente a una multitud después de que anunciara su candidatura a la nominación presidencial|www.elnuevoherald.com

«No es el final, sino el principio»

También «optimista» se siente un analista de datos que asegura que «esto no es el final, sino solo el principio» y que reconoce que Florida será clave. Este joven de raza negra también destaca las cualidades de Rubio frente a Trump, asegurando que es más «inclusivo».

«No es arrogante, es mucho más modesto que un millonario que solo ha pensado en él», coincide Leonardo, un agente inmobiliario cubano de 44 años, que lleva la mitad de su vida en EEUU.

«Todos somos inmigrantes, incluido Donald Trump», asegura por su parte Marlene Barreiro, nacida en Cayo Hueso aunque también de nacionalidad cubana, y que trabaja para la policía del condado de Miami-Dade.

Aunque el senador se declara católico, entre el público se podía ver gente de otras confesiones, como los judíos.

También están dándole respaldo algunos de quienes eran partidarios de Jeb Bush, también de Florida, hasta que abandonó la carrera electoral. Es el caso de Dolores Carbonell, de 91 años, que asegura que todas las personas con las que habla le dicen que «les encanta Marco». A ella también el atrae «por la forma en que habla y por sus ideas, y rezo a la Virgen de Guadalupe para que gane. Y va a ganar», remacha.

Para dar ejemplo, Marco Rubio y su esposa, Jeanette, acudieron este miércoles a votar en las primarias de Florida, dentro del periodo de votación anticipada. Estaban a pocas manzanas de la casa donde él se crió. «Es mi hogar y vamos a ganar en la Florida», vaticinó.

Written by @norismarnavas

Productora de contenido en Cubanos por el Mundo. Locutora certificada. Profesora universitaria. Investigadora

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