Heraldo.– Aunque lento, el deshielo de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos sigue su curso, lo que está provocando una nueva visión de la isla por parte del resto de países.
Hasta ahora, los nexos diplomáticos y los intercambios comerciales se veían limitados, pero los gestos de la Casa Blanca y de los Castro han motivado que los empresarios vayan poniendo sus ojos en un punto en el que las incursiones foráneas eran limitadas.
Ya son 16 las sociedades aragonesas que han empezado a hacer movimientos para aprovechar el nuevo paradigma, las mismas que han acudido a la empresa pública Aragón Exterior (AREX) para recibir consejo y guía para moverse con soltura en el país caribeño.
Son, sobre todo, empresas relacionadas con el sector de la construcción, dedicadas a la fabricación de materiales (eléctricos, aluminio, ventanas), aunque también han mostrado interés algunas del ámbito de la alimentación, en concreto del subsector vitivinícola.
Pero las oportunidades, se espera, serán más amplias a medio y largo plazo. “Hay muchos sectores con posibilidad de negocio. El país busca inversión, la entrada de divisas, y la cobertura de muchas necesidades básicas. Por ejemplo, las empresas dedicadas a la alimentación, de conservas enlatadas o de vegetales, van a tener ahí un nicho porque a día de hoy no hay cadenas de supermercados”, explica Isabel Vinagre, delegada de AREX en República Dominicana y Cuba.
Cuba tiene 11,2 millones de habitantes y recibe alrededor de tres millones de turistas cada año. “Y lo que queda por desarrollar”, apunta Vinagre, quien considera que tanto la construcción de hoteles como los suministros que necesitarán después van a poder ser aprovechados por las empresas aragonesas.
En clave industrial, Cuba está proyectando la Zona Especial de Desarrollo Mariel, un espacio al oeste de La Habana de 465 kilómetros cuadrados con el que se pretende potenciar la inversión extranjera, la concentración industrial y la innovación tecnológica.
En opinión de Isabel Vinagre, “ahí tendrán oportunidades las empresas energéticas y las que centran su actividad en el agua, como las que hacen plantas potabilizadoras, o las que se dedican a la tecnología agrícola”. Otra de las carencias de Cuba, apunta la delegada de AREX, está en las telecomunicaciones, pues existen “severas” limitaciones en el acceso a internet.
Menos intervencionismo
La experta aconseja a los interesados que sean precavidos pero sin dejar escapar las oportunidades: “Es el momento de hacer un plan estratégico de desarrollo. Mediante Aragón Exterior se puede preparar una agenda para hacer entrevistas con socios locales y también para ver en qué proyectos invertir”.
El Estado cubano también está desarrollando una carta pública de proyectos en los que invertir.
Uno de los aspectos de la isla que quizá más asuste es el fuerte intervencionismo. Un rasgo que, parece, va a ir cambiando. “Exceptuando algunos sectores, el país se va a encaminar hacia un modelo de empresas mixtas con ciertas limitaciones. Cuba va a avanzar, poco a poco, en ese cambio de modelo”, concluye Isabel Vinagre.
A día de hoy, la Ley de Inversión Extranjera no permite la inversión en servicios de salud y educación a la población, ni en las instituciones armadas. Sí sería posible en los sistemas empresariales de estos sectores (por ejemplo, para las empresas de mantenimiento).
Exportaciones
Las relaciones comerciales de Aragón con Cuba no son, en ningún caso, nuevas. Desde las empresas de la Comunidad se exportó al país por valor de 35,6 millones a lo largo de 2015, una cifra que se mantiene estable desde 2012.
Negociaciones de la UE y la isla
Cuba y la Unión Europea iniciaron este jueves en La Habana su séptima ronda de conversaciones para lograr un acuerdo de diálogo político y cooperación, en la que abordarán temas como los derechos humanos, la migración o los riesgos de la proliferación de armas, después de que en la ronda anterior, celebrada en diciembre en Bruselas, cerraran el capítulo económico y comercial.
Cuba es el único país de América Latina que no tiene un acuerdo bilateral con el bloque comunitario, algo que las partes esperan solventar antes de fin de este año. La firma de ese acuerdo busca también superar la denominada “posición común” de la UE, que desde 1996 condiciona el diálogo de Bruselas con la isla.
