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Foto: Cindy Casey
HAVANA TIMES — Esperaba que para este 2016 algo cambiase, pero nada lo hizo, al contrario, como dice una canción de Julio Iglesias, la vida sigue igual, retórica y aburrida en todos los ámbitos.
Algunas personas conocidas, e incluso desconocidos que encuentro en paradas de guaguas o en interminables colas para comprar huevos interactúan en conversaciones triviales y tienen la confianza de que a mediados de este 2016 las cosas comenzarán a ser diferentes, que el presidente Obama viene y algo se trae entre manos.
Lo cierto es que nuestra crisis se hace más profunda y lacerante, se deja ver en las caras de las personas que andan por las calles a cualquier hora del día buscando comida, están los que se quejan por los elevados precios, los que ya sin miedo proclaman que esto está que mete miedo.
También están la mayoría de mis amigos que anhelan irse a cualquier otra parte del mundo. Esto porque no creen ni un poquito en ese supuesto cambio que se avecina.
Yo igualmente siento mi temor de continuar aquí, y deseo creciente de hacer cualquier cosa por escapar este mismo año a cualquier sitio, ya sea Ecuador, Bolivia, Chile o Haití, y no esperar el 2017 por pensar que las cosas sigan estando de la misma manera. Ver pasar un año más en el que envejeceré y así sucesivamente año tras año ocurra lo mismo, pensando siempre en cambios que no surgen, y que nos hacen desperdiciar el tiempo, haciéndonos simplemente personas soñadoras, sin ningún futuro o al menos un futuro prometedor.
Mi año empieza, y lo hace con carencias de toda índole, que no solo me afectan a mí directamente, sino a gran parte del pueblo cubano, lo bueno de todo es que muchos aún piensan que en algún momento de sus vidas, las cosas puedan cambiar para bien, yo sigo creyendo que el cambio no es otra cosa que una simple utopía. ¿Estaré equivocado?
