Podrán decirle histórico, extraordinario, excepcional y cuanto epíteto grandilocuente se les ocurra, pero el partido que los Rays de Tampa Bay jugarán el próximo 22 de marzo en La Habana ante la selección cubana es simplemente eso, un juego.
Por eso es que no se explica esa manía de las autoridades cubanas de tratar cada asunto de la vida nacional, por muy insignificante que sea, como un secreto de Estado.
Por cuarta vez en la temporada, la Serie Nacional recesa, para concentrar a un grupo enorme de peloteros, de donde saldrá el equipo que enfrentará a los Rays.
El grupo está compuesto por 41 peloteros: cuatro receptores, 12 jugadores de cuadro, ocho jardineros y 17 lanzadores, que a esta hora nadie sabe quién los va a dirigir. Leer más aquí