Por Ana María Pomi
Foto: diariolibre.com
HAVANA TIMES (dpa) – Brasil aguarda con expectativa y temor las protestas contra el Gobierno de Dilma Rousseff, su antecesor Luiz Inacio Lula da Silva y el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) convocadas para el domingo.
La convocatoria a los actos se vio atizada por los recientes episodios que involucran a Lula con el escándalo de corrupción en Petrobras: el viernes pasado fue llevado a declarar ante la Policía Federal y la víspera se supo que la Fiscalía pidió la prisión preventiva en su contra.
Por eso, la expectativa de los principales grupos que organizan los actos -Vem Pra Rua (Ven a la Calle) y Movimento Brasil Livre (Movimiento Brasil Libre, MBL) es de que será la mayor protesta nacional contra el Gobierno de Rousseff de la historia.
Pero al mismo tiempo existe temor de que se registren disturbios violentos a raíz de la tensión social, que comenzó a gestarse en 2015, pero se ha visto azuzada por el cerco policial y judicial al máximo líder del partido de Gobierno.
En especial porque después de las acciones contra Lula el PT anunció actos de apoyo al ex mandatario para el domingo 13 en lugares próximos a donde se manifestarán los grupos opositores.
El temor no es en vano. Mientras Lula era interrogado por la policía la semana pasada, unas pocas decenas de personas dividas en defensores y detractores del ex presidente se enfrentaron violentamente frente a su residencia, lo que dejó un par de heridos.
Las policías militarizadas de varios estados como Paraná, en el sur del país, y del distrito federal anunciaron su disposición a utilizar su “fuerza máxima” para impedir disturbios y acciones violentas.
También fueron notificadas las direcciones regionales del PT, para que eviten que sus militantes protesten el domingo en lugares donde estarán haciéndolo los opositores al Gobierno.
La aprensión es tal, que el diputado del PT Paulo Pimenta llegó a decir hoy que el fiscal Cássio Conserino, autor de la denuncia penal contra Lula, será “co-responsable” por “cualquier cosa grave” que suceda el domingo.
También el juez federal Sérgio Moro, quien encabeza los procesos vinculados a la operación Lava Jato -que investiga la red de corrupción que operó en Petrobras-, defendió hoy públicamente el derecho de manifestarse de grupos anti o pro Gobierno, pero pidió que los actos ser realicen “sin violencia y sin odio”.
“Son comprensibles las angustias y reclamos ante el contexto económico y político, pero aún así es importante que eso sea realizado sin discursos de odio y sin violencia contra nadie”, afirmó, en declaraciones que recoge el portal del diario “O Estado de Sao Paulo”.
Por primera vez, los actos anti Gobierno cuentan con la adhesión expresa de los mayores partidos opositores.
Legisladores del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) -principal opositor del Gobierno- y otros partidos menores no oficialistas han divulgado videos convocando a las movilizaciones.
Incluso el gobernador de Sao Paulo, el socialdemócrata Geraldo Alckmin, dijo que tal vez acuda.
El movimiento Vem Pra Rua centralizó su convocatoria en la defensa de la operación Lava Jato, de la Policía Federal y de Moro, cuyo rostro es usado en un video con el que el grupo llama a las manifestaciones.
“¿Cuántas veces en la historia de Brasil has visto tanto coraje? ¿Cuántas veces has visto tanta determinación y al mismo tiempo tanta competencia y equilibrio? ¿Y cuántas veces has visto corruptos tenerle tanto miedo a alguien?”, indaga una voz en off.
“Este hombre y su grupo están realmente cambiando a Brasil. ¿Y ahora cuando él más precisa de tí vas a dejarlo solo, o vas a la calle?”, añade el video, que termina con imágenes de actos anteriores y con la frase: “13 de marzo, el día que cambiará a Brasil”.
