(EFE).- El mercado brasileño castigó hoy con pérdidas la posibilidad de que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, investigado por corrupción, pueda ocupar una eventual cartera en el Ejecutivo dirigido por Dilma Rousseff.
La noticia cayó como un rayo entre los inversores, que en las últimas semanas han mostrado su descontento con el Gobierno de Rousseff, asomada al balcón del vacío de la incertidumbre política y económica.
La volatilidad ha zarandeado fuertemente el mercado bursátil, cuyo comportamiento ha estado a merced de los acontecimientos políticos que se han atropellado sin tregua en Brasil.
La bolsa de Sao Paulo y el real brasileño han reaccionado con ganancias cada vez que algún nuevo hecho ha puesto al Ejecutivo de Rousseff contra las cuerdas, pero han caminado en el sentido opuesto ante las escasas bocanadas de aire que ha podido tomar el Gobierno en los últimos días.
En ese vaivén de subidas y bajadas, el posible nombramiento de Lula como nuevo ministro del Gobierno de Rousseff desagradó al mercado y hundió este martes al parqué y a la moneda brasileña.
El índice Ibovespa de la bolsa paulista se desplomó un 3,56 % al cierre de la jornada, mientras que el real se depreció un 3,86 % frente al dólar estadounidense, moneda que terminó la sesión negociada a 3,762 reales para la compra y 3,764 reales para la venta en el tipo de cambio comercial.
“Desde ayer los inversores están con miedo de que Lula pueda asumir el ministerio y de que el ‘impeachment’ (juicio político) contra Rousseff se alargue más de lo esperado, por eso están vendiendo bastante“, afirmó Flavio Conde, analista de la consultora What Call, en declaraciones a EFE.
De acuerdo con Celson Plácido, analista de XP Investimento, la eventual llegada de Lula al Gobierno ha generado un “movimiento de incertidumbre” en el mercado ante el temor de que sean adoptadas “nuevas medidas populistas”.
Lula, que gobernó Brasil entre 2003 y 2010, es blanco de dos investigaciones judiciales, una de las cuales indaga su supuesta implicación en la trama de corrupción de la petrolera estatal Petrobras.
Las empresas estatales, por su dependencia del Gobierno, son precisamente las que más han oscilado en los últimos días en medio del laberinto político en el que se encuentra sumido el mayor país de Latinoamérica.
Conde advirtió hoy que la volatilidad está siendo “excesiva” y que los inversores están actuando de manera “exagerada“, “tanto en el alza como en la baja”.
En la misma línea opina Rafael Omati, consultor de Guide Investimentos, quien aseguró que la “volatilidad debe mantenerse” hasta que se aclare el sombrío panorama político en el que se encuentra inmerso Brasil.
“El mercado está muy atento a los cambios en el escenario político”, advirtió Omati.
Además de la eventual llegada de Lula al Ejecutivo, un rumor que ya es dado por hecho por la prensa local, los inversores están atentos al posible avance de un juicio político contra Rousseff, un proceso que ha tomado fuerza después de las manifestaciones celebradas el domingo pasado en todo Brasil.
Unas 3,6 millones de personas salieron a las calles para expresar su descontento contra Rousseff, Lula y la corrupción, un escándalo que desde hace un año inflama la crisis política.