El Universal.- Con una partida mensual de 3.000 bolívares, científicos del Instituto de Medicina Tropical de la UCV asumen con preocupación la crisis de insumos, a la cual le suman el acecho de delincuentes que han irrumpido cuatro veces en las últimas semanas y unas 12 desde octubre, según lo informó la directora, Belkisyolé Alarcón.
Se trata de un instituto de referencia nacional y el único capacitado para practicar pruebas diagnósticas y estudios de enfermedades exóticas tropicales, toxoplasmosis, chagas, leishmaniasis cutánea y visceral y hepatitis.
En torno a los robos, Alarcón asegura que se trata de una problemática ordinaria, que la semana pasada acabó con más 20 años de investigación, luego que un grupo de delincuentes cargara con 25 computadoras que contenían información científica. “El peor daño que nos han hecho ha sido quitarnos la información. Eso no se recupera. Allí teníamos historias médicas, registro de los casos clínicos y su evolución“, lamentó.
Además de ofrecer asistencia médica, el recinto funciona como un centro docente, de investigación y extensión donde se forman al menos 900 estudiantes de II, III y IV año de medicina en las cátedras de Microbiología, Parasitología y Medicina Tropical, respectivamente.
Aún cuando negó que estén en cierre técnico, señaló que decidieron “retrasar la reanudación de sus funciones” hasta tanto evalúen la operatividad. Sin embargo, informó que en la sección de Inmunología esperan retomar las pruebas de serología el próximo 4 de abril .
La situación además ha obligado a los jefes de cátedras a suspender temporalmente la formación de los alumnos de la Escuela de Medicina Luis Razetti. También ha afectado a los estudiantes del posgrado de Parasitología, cuya especialidad pasó de tener 12 a 6 estudiantes por falta de presupuesto. Entre los daños ocasionados en otros hurtos, la directiva reporta el asesinato de algunos caninos y el robo de gallinas y conejos que formaban parte de los bioterios.
Ayer el personal del instituto sostuvo una reunión en la que acordaron solicitar al Consejo Universitario el apoyo para contratar vigilantes, sustituir las puertas dañadas e instalar rejas. También pedirán ayuda para la construcción de un muro perimetral en la parte posterior, para impedir el acceso a los delincuentes.
Olinda Delgado, profesora titular de la cátedra de Parasitología y jefa de la sección de Inmunología Parasitaria, indicó que las clases fueron suspendidas el 7 de marzo. Señaló que en ocasiones tienen dificultades para acceder a insumos tan básicos como cloruro de sodio y desde hace dos años no cuenta con los kits necesarios para practicar pruebas de leishmaniasis. “Tenemos grandes dificultades para hacer los diagnósticos”.
Desde el ente, adscrito a la Facultad de Medicina, formulan un llamado a los ministerios de Salud, Ciencia y Tecnología, embajadas y empresas privadas para reponer los equipos hurtados. Hoy en la tarde se reunirán los docentes para abordar la problemática de insumos y de presupuesto que incluso les impide comprar tubos de ensayos, inyectadoras y alimentos para los animales que son objetos de estudios.
