Diario de Cuba.- Cuando el Noticiero de Televisión informó del primer caso de transmisión autóctona del virus del zika, toda Cuba se preocupó, en especial los habaneros. Los vecinos del área cercana a Maloja y Belascoaín, en el Consejo Popular Pueblo Nuevo, donde vive la muchacha de 21 años diagnosticada, llevaban ya varios días preocupados, pues se habían enterado mucho antes.
La nota del Ministerio de Salud Pública difundida por la prensa oficial no especificó de qué forma pudo haberse contagiado la joven. Solo dijo que “se realizan las investigaciones epidemiológicas correspondientes”. Ante la falta de información precisa, los rumores se propagan.
“Hace ya una semana que está ingresada”, comentó Aleida, una vecina de la enferma. “Ella no viaja al extranjero, pero sí va mucho al interior (del país). Dicen que el zika se lo transmitió por vía sexual un novio que vino de Venezuela hace poco”.
“Él estuvo en el IPK (Instituto de Medicina Tropical Pedro Kouri)”, pero salió, al parecer, ocultando los síntomas, añadió la vecina. “No le basta con traer compañeros del interior, ahora también trajo el zika”, dijo.
En el mundo se han registrado casos de transmisión sexual del zika, pero son considerados eventos poco frecuentes.
“Como parte de la campaña contra el mosquito han estado fumigando todos los miércoles desde hace tres semanas, pero el lunes empezaron un intensivo de cuatro días seguidos”, dijo Caridad, una residente en la zona que hacía la cola en la bodega de Marqués González y Maloja.
“Pero eso no resuelve nada, porque hay mucha gente trabajando y sus casas están cerradas, y por aquí no hay ningún fumigador después de las seis de la tarde”, añadió.
A los vecinos del área les preocupa también el acceso que hay en el parque de Belascoaín y Carlos III a uno de los “túneles” construidos para la “defensa”. La entrada a la edificación bajo tierra se selló hace tiempo, pero siempre ha sido un área insalubre propensa a focos.
“Cuando manifestamos inquietud por la situación, los compañeros de la campaña, entre ellos un uniformado, parecieron molestos”, contó Adrián.
“Abate al 2% es lo único que podemos aplicarle”, fue la respuesta de una enfermera. Estudiantes de Ciencias Médicas, sin dar clases por la movilización para el trabajo contra el Aedes, visitan las casas del área preguntando por casos de fiebre, dolor en las articulaciones y otros síntomas.
Los fumigadores son jóvenes soldados de la reserva y siempre llegan acompañados por una enfermera, un militar y la presidenta del CDR o alguna funcionaria del Consejo Popular.
Yania, que estudia en el Instituto Superior de Diseño, opinó: “En el noticiero dijeron que en Centro Habana, pero aquí supe bien dónde era. Enterarte de un caso tan cerca del lugar en que estás casi todo el día te asusta bastante; sobre todo porque piensas que hay más”.
“Con el dengue siempre dicen menos casos de los que hay en realidad, me imagino que con el zika pase lo mismo, así que uno nunca sabe”, se quejó.