“Los americanos son buenos solo en dos cosas: haciendo películas y en todo lo demás”, bromea Ángel. Una bandera de Estados Unidos adorna la ventanilla del conductor en el Lada negro con el cual “botea” de vez en cuando la ruta Víbora-Vedado.
“Me la trajo un socio de Miami”, dice en el semáforo de Infanta y Carlos III. “La tengo hace como tres años. Al principio, si me paraba la Policía, era un lío; decían que impedía la visibilidad de otros carros, pero el problema era otro. Todavía tengo que quitarla para el somatón (revisión periódica)”, añade.
“Antes te buscabas un problema, pero desde que somos amiguitos las banderas americanas están en todas partes y no hay tanta bobería con eso”, asegura Ángel. El joven, tiene además un águila tatuada en el hombro.
Aunque los medios de comunicación repiten machaconamente el discurso “antimperialista” del Gobierno, la juventud cubana siente gran admiración por Estados Unidos, o como se dice en Cuba, el “yuma”.
El bombardeo político-ideológico en la escuela y en cuanto espacio público sea posible no parece minar la predilección de muchos jóvenes por la cultura norteamericana, que va desde la forma de vestir, con la bandera y los símbolos estadounidenses, hasta las películas, series de televisión más vistas y la música.
Yordanka vende ropa en la calle Galiano. “Los calzoncillos con el águila americana se me acaban enseguida. También hubo una época en que los cintos con el águila en la hebilla se usaban mucho. Y con la bandera americana he vendido de todo, desde bikinis hasta vestidos”, comenta.
Una ola de jóvenes lleva la bandera de las cincuenta estrellas. Algunos lo hacen por moda. “Tiene tremendo toque, siempre se ha usado”, explica Lázaro. Con 24 años, vende tarjetas de internet en 23 y M. “Cuando estaba en la secundaria y el preuniversitario no podía llevar nada que oliera a Estados Unidos, pero siempre teníamos nuestra perchita para las fiestas”.
Para otros se trata simplemente de una prenda que recibieron de regalo: gorras de los Yankees de New York, pullovers con el cartel “I love LA” (Los Angeles) y otras ciudades, que llevaron a la Isla cubanos residentes en Estados Unidos.
Es difícil encontrar un joven que no tenga familia o amigos en “el yuma”. Los cubanoamericanos han sido los principales embajadores de Estados Unidos en la Isla. Aunque los medios estatales no cesan de destacar los males del capitalismo, vivir el sueño americano es la gran meta de muchos.
“Ahorita tengo más amigos en Miami que aquí, y aunque en el noticiero siempre están que si la pobreza, el desempleo y las armas, a ellos les va muy bien. Así que yo, algún día, tengo que cruzar el charco”, dice René, estudiante de la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana.
Una profesora de Literatura del preuniversitario Saúl Delgado, valora: “El contacto con la cultura estadounidense ha sido una constante para Cuba, desde la colonia y particularmente en el siglo XX, durante la República. Después de enero de 1959 eso quiso eliminarse de raíz, pero creo que nuestra sociedad siempre ha estado americanizada. Es comprensible porque son dos países cercanos, con historia compartida y un vínculo migratorio muy fuerte”.
Durante décadas las películas norteamericanas han sido las más vistas en Cuba, tanto en la televisión como en casetes, primero, y CD después. Con la proliferación del paquete semanal, ya casi diario, las series de cadenas norteamericanas son seguidas capítulo por capítulo en Cuba.
Así asegura Ernesto, trabajador de Muévete Paquete, un negocio de venta de discos y copia de películas y series en el Cerro.
“Ahora mismo la televisión está llena de series estadounidenses, pero el cubano las sigue capítulo a capítulo con el paquete y hay quien las ve casi en vivo”, comenta refiriéndose a la rapidez con la que se esparcen los vídeos por vías “alternativas”.
“Aquí copiamos de todo, desde Anatomía de Grey para los más románticos; Diario del Vampiro oThe Walking Dead para los que siguen lo sobrenatural, y House of Cards para los más políticos”, detalla Ernesto.
Por otro lado, las mismas canciones que engrosan la lista de Billboard son éxitos en la radio cubana, programas televisivos de videoclips, y se reproducen en fiestas privadas y discotecas.
Con el acercamiento político entre La Habana y Washington la presencia de la cultura estadounidense en Cuba se hace más visible. Además sigue creciendo la añoranza de los cubanos por parecerse al “país de los malos” que, según el dicho, “hacen muchas cosas buenas”.
