Barack Obama visita Cuba en un momento en el que no hay forma de ocultar las limitaciones. La Habana es una de las ciudades más bonitas de América Latina y, probablemente, la más segura pero para millones de personas la vida transcurre con una calma que se parece mucho a la resignación.
“Que las relaciones sean de igual a igual”. No hay forma de dibujar una Cuba “más bonita” para mostrarle a Obama, a pesar de los desesperados intentos de disfrazar la tragedia de los cubanos.
Hay quienes se atreven a levantar opiniones críticas. La disidencia cubana no está de acuerdo con la visita del presidente norteamericano, pues a su juicio, con su presencia está legitimando la dictadura castrista, en tiempos donde el pueblo cubano pide a gritos un cambio.