(EFE).- La relatora especial de las Naciones Unidas para los derechos humanos en Camboya, Rhona Smith, denunció hoy en Phnom Penh el “silencio” en la sociedad ante la violencia contra las mujeres en el país asiático.
“La cultura del silencio prevalece y solo unos pocos casos llegan a los tribunales”, dijo en rueda de prensa Smith, quien finalizó hoy una visita de diez días a Camboya.
La enviada de la ONU alertó de la prevalencia de la violencia doméstica y sexual, a la vez que criticó la falta de sensibilidad en temas de género de las fuerzas de seguridad y jueces.
Durante su visita, la relatora especial se reunió con miembros del partido gobernante, la oposición, diplomáticos y representantes de la sociedad civil, con el objetivo de estudiar la situación política, de la mujer y las minorías indígenas.
“La situación política, que incluye nuevas amenazas, procesos judiciales e incluso agresiones físicas a miembros de la oposición, es preocupante”, precisó la académica británica.
El pasado noviembre, la relatora especial alertó por primera vez del aumento de la tensión en el país después de que dos miembros de la oposición fueran agredidos un mes antes a la salida de la Asamblea Nacional, sin que interviniera la policía.
Ese mismo día, cientos de personas lanzaron piedras durante horas contra la residencia de Kem Sokha, un dirigente opositor que había sido destituido como vicepresidente de la Asamblea Nacional por el gubernamental Partido del Pueblo de Camboya.
El líder del opositor Partido Nacional para el Rescate de Camboya, Sam Rainsy, se autoexilió en noviembre para evitar una orden de arresto en su contra por supuestamente difamar al ministro de Asuntos Exteriores, Hor Namhong, en 2008.
En el plano de los derechos de los indígenas, Smith se reunió con varias comunidades cuyas tierras y economía han sido afectadas por proyectos de empresas locales e internacionales.
Uno de los casos destacados fue la construcción de la presa Lower Sesan 2 por la empresa china Hydrolancang International Energy y el grupo camboyano Royal Group en la provincia de Stung Treng, en el noreste del país, que afecta a doscientas cuarenta familias que han rechazado compensación.
Otro es la concesión de una plantación de 9.000 hectáreas a la empresa china Lan Feng para el cultivo de azúcar de caña en la norteña provincia de Oddar Menchey, en una zona que la comunidad local de la etnia Kouy clama como propia.
En declaraciones a Efe tras la rueda de prensa, la relatora defendió la posición del Banco Mundial en Camboya para que se respeten los derechos humanos en los proyectos que lleva a cabo o financia en el país.
“El Banco Mundial tiene la obligación de actuar de acuerdo a los estándares de derechos humanos”, afirmó Smith.
La relatora también habló de la situación del activista español Alejandro González-Davidson, fundador de la ONG Mother Nature, a quien el Gobierno no le concede un visado para regresar a Camboya pese a que está acusado en los juzgados de este país.
“Camboya tiene el derecho a determinar a quién le otorgan un visado y permiten entrar en su país; por otro lado, (…) sería absurdo que no se permita entrar a una persona que quiere viajar a Camboya a defenderse en un juicio”, comentó Smith.
González-Davidson fue expulsado el año pasado de Camboya por su activismo ecológico tras negarle la renovación del visado.
Mother Natura consiguió en 2015 paralizar la construcción de una presa hidroeléctrica y logró que se revocara la licencia de dos compañías tras denunciar el impacto medioambiental y en las comunidades locales de la extracción de arena en los estuarios de Koh Kong.
Se trata del segundo viaje de la relatora especial de la ONU a Camboya para preparar el informe que presentará en agosto al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
