enelbreak.com.- Varias jóvenes que viajaban en la línea de autobuses urbana 34 de Buenos Aires, en Argentina, denunciaron públicamente que un hombre las había manoseado. El acusado intentó bajarse pero el chófer le cerró las puertas, mientras las mujeres le gritaban: “Se piensan que nunca vamos a abrir la boca”. ¿Qué ocurrió? El agresor retenido reaccionó de la peor manera.
Presa del miedo y al verse acorralado y a pesar de estar en un colectivo lleno de pasajeros en el que incluso viajaban ancianos, al grito de “tiro gas pimienta”, esta persona sacó un aerosol y comenzó a rociar indiscriminadamente a todos los que iban en el autobús.
En ese momento y en medio del revuelo que generó la reacción, el conductor abrió las puertas, pero la cosa no terminó ahí porque la actitud desató la ira de varios de los que viajaban, que bajaron también para abalanzarse sobre el agresor. Una vez en la calzada fueron varios los que comenzaron a pegarle ante de que escapase corriendo como alma que lleva el diablo. ¡Y pudo haber sido mucho peor para él! ¿Habrá aprendido la lección?