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Semana de receso, semana infeliz

Cientos de personas esperando a la apertura del parque 'La Maestranza' (foto del autor)

Cientos de personas esperando a la apertura del parque ‘La Maestranza’ (foto del autor)

LA HABANA, Cuba.- Los alumnos de las escuelas primarias y secundarias esperaron la llegada de la semana de receso escolar, del 11 al 17 de marzo, con sueños de regalos y viajes, pero a muchos no se les cumplieron las expectativas debido a las pocas opciones de recreo existentes y lo caro de los juguetes y los servicios.

Danay Vega llevó a su pequeña Vanesa a ‘La isla del Coco’ el sábado por la mañana y juró que no regresaba más.

“A pesar que el parque hace poco estuvo en reparación, había cuatro aparatos rotos”, expresa Danay. “En la entrada decenas de cuentapropistas nos esperaban con  juguetes caros. Para un padre es imposible negarle un juguete a un hijo, y menos en semana de receso. Los que no pudieron comprarlos, como yo, perdimos la posibilidad de un día feliz en la misma la entrada”.

Carmen Guilarte, madre divorciada que trabaja en un laboratorio de productos farmacéuticos, escogió llevar a sus tres hijos al ‘Parque inflable’, situado en La Habana Vieja. Para ella cada peso cuenta, por eso calcula el dinero gastado.

“Los ómnibus estaban imposibles, tuvimos que ir y regresar en máquina (automóvil). Vivimos en Santa Fe; y hasta el paradero de Playa, por cada uno de nosotros son 10 pesos y luego 20 hasta La Habana Vieja. El total por los cuatros en transporte fue de  240 pesos. Cuando llegamos al parque inflable, hicimos una cola que era un infierno. Durante la espera, las vendedoras de juguetes nos asediaron. ¡Tuve que comprar dos sirenitas y un spiderman! A 5 CUC cada uno. Ahí se me fueron 15 cuc”.

“Luego de dos horas en la cola pudimos entrar”, cuenta Guilarte, “entonces tuvimos que hacer otra cola, esta vez para comprar la bolsa de confituras que venden por niño, a 25 pesos, 75 por los tres. Y después otra cola para montar el aparato. Diez minutos, y para afuera. Ése fue el paseo al parque inflable”.

En cambio María Elena Barzaga, vendedora ambulante de cloro y aromatizantes, se ríe al reconocer que tuvo que ponerle sentido práctico a esta semana de receso escolar.

“Tengo dos varones, de siete y diez años.  Para buscarme cuatro pesos tengo que caminar decenas de kilómetros bajo el sol, pregonando el producto, cuidándome de la policía y el decomiso. No puedo botar el poco dinero que lucho en el Acuario, y mucho menos en el parque Lenin. Les dije: ¡Para el río! Allí no hay que pagar nada. Le cogieron el gusto al río, saben que es lo que le toca. Dicen que han pasado una semana divertidísima”.

En el zoológico de 26, otra de las opciones recreativas que existen en La Habana, conversamos con el sub administrador Eugenio La O y cuenta que para esta semana de receso el gobierno reforzó la variedad de surtidos, pero sigue siendo insuficiente por la cantidad de público que lo visita.

“Tampoco se ha podido restablecer el trencito, tan querido por los niños. Y lo que es peor, las líneas férreas continúan deteriorándose. Si no se toman medidas urgentes la perderemos. Los cumpleaños particulares es un servicio que ofertamos en cuatro salones y le dan vida al zoológico, pero a la vez nos da un feo contraste. La calidad de los regalos, la juguetería y las golosinas, son muy superiores a las que brindamos en la instalación”.

El Jalisco Park, en el Vedado, vendió sorbetos y caramelos por la mañana, luego todo lo que se consumía era de particulares. Que además de los juguetes caros, brindaban alquiler de carritos, a un CUC la vuelta, de unos pocos metros.

Para los padres que eligieron el acuario, como Mario Quesada y su esposa Jenifer, con sus pequeños Gabriel y Carlos, este viaje fue idéntico a la vez anterior porque en la instalación se mantienen las mismas ofertas.

“Después de dar la rápida vuelta por el circuito de peceras, ya no hay nada más que ver. Solo la gente deambulando a la espera del espectáculo de los delfines. Estaban vendiendo en moneda nacional pan con pasta y palomitas de maíz. Había un kiosquito con mucha gente esperando que sacaran cajitas con comida. Cuando las trajeron se acabaron enseguida y muchos no alcanzamos. En la puerta habíamos comprado cuatro tickets para galleticas de soda, que no vimos por ninguna parte. Igualito que el año pasado”.

Sitios con mejores opciones recreativas, como el Zoológico Nacional, el Jardín Botánico, Expocuba o el Parque Lenin, se encuentran fuera de la ciudad y exigen mayor cantidad de recursos a los padres, imposibilitados en su mayoría de complacer a sus pequeños en la semana de receso escolar, debido a sus bajos salarios y la carestía de la vida, que la convierten en una semana infeliz.

Written by CubaNet

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