Una broma del humorista y presidente de Guatemala, Jimmy Morales, dirigida al precandidato presidencial republicano norteamericano Donald Trump no ha resultado del todo aceptada por sectores de la sociedad de esta nación centroamericana.
Morales, a nivel popular, ha logrado cosechar algunas simpatías por su gestión frente al gobierno, pero el chiste con Trump no gustó a muchos tal vez con poco sentido del humor y con sobrados deseos de tener a todo un señor presidente.
“Les pido disculpas si alguien lo mal interpretó, no fue en ningún momento mi intención. Las personas que me conocen saben lo importante que ha sido desde el inicio de mi campaña el tema del apoyo a los migrantes, lo saben”.
Precisamente su visita a la Gran Manzana fue para solicitarle a Ban Ki-Moon, secretario general de Naciones Unidas, la prórroga de la Cicig (Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala) y así también fuera él objeto de escrutinio como Presidente de la República ante el galopante auge de la corrupción y la impunidad reinante en Guatemala.
Como botón de muestra, justo al año de haberse iniciado el proceso legal contra el exmandatario Otto Pérez Molina y su segunda de a bordo, Roxanna Baldettti por el caso de defraudación tributaria y contrabando conocido como La Línea, la corrupta pareja enfrenta ahora mismo 17 cargos entre el que se destaca el lavado de dinero.
Pérez Molina-Baldetti han vuelto a los tribunales de Justicia acusados por el Ministerio Público y la Cicig por supuestos sobornos ascendentes a 4.2 millones de dólares para cada uno para facilitar el desenvolvimiento de la Terminal de Contenedores Quetzal (TCQ).
Este es el escenario donde Jimmy Morales arriba a sus cien días de gobierno y su gestión, según el diario Prensa Libre en encuesta realizada 13 661 personas arrojó que el 55% votó a mala la gobernabilidad presidencial, un 26% a regular y sólo un 19% como buena.
Entre tanto, por Facebook, Twitter y en mensajes de texto ha ocurrido algo similar: el voto a Morales es insatisfactorio. Al Presidente le pagan con la misma moneda que le permitió durante diez años ejercer como humorista en programas televisados.
Sin embargo, el gobierno considera sentirse “satisfecho” con lo realizado y ha señalado recientemente que “es imposible hacer más”.
El embajador norteamericano no ha querido pasar por alto este revuelo nacional. Told Robinson también puso su nota: “Han sido días activos. Entró al gobierno con mayor conocimiento de los problemas y retos del país, su equipo trabaja arduamente para enfrentar estos retos, pero en realidad hay mucho trabajo para todos”.
El Movimiento Semilla, con tendencia de centro izquierda y aspiraciones a formar partido político, ha considerado que “se han combinado dos factores en este tema. Primero, es la improvisación, y segundo, un aprendizaje costoso en el camino, que demuestra que no estaba preparado para asumir la presidencia”.
De ojo en ojo, un cartel con la imagen de Morales y un texto que reza “Yo no sé, ni puedo, ni quiero. Si ya sabías que era así… ¿Por qué votaron por mí?”.
Guatemala y su pueblo no están para risas.
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