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#OPINIÓN: Cubanos a bordo

20160420-VendiendomanC3ADporelmalecC3B3nSputnik Desde esta semana, los cubanos —con independencia de su condición migratoria— tienen autorizada la entrada y salida de la isla en cruceros o buques mercantes, como pasajeros o como tripulantes.

Incluso para los muchísimos que no tenemos planes inmediatos de embarcarnos, es una alegría recuperar esa posibilidad, perdida hace décadas por motivos en los que pagamos justos por pecadores.

Aunque no existía ninguna ley que lo prohibiera, lo cierto es que desde los años 90 se aplicaba una medida no escrita, pero de obligatorio cumplimiento, que impedía a los nacionales abordar embarcaciones, así como a cubanos residentes fuera de Cuba, llegar por mar a la isla.

Esta regulación tuvo su raíz en una época en que proliferaron los secuestros de embarcaciones con el objetivo de dirigirlas a Estados Unidos, trayendo como consecuencia no pocos hechos sangrientos. La Ley de Ajuste Cubano y la política de “pies secos, pies mojados”, —aún hoy vigentes— agravaban el asunto. Para colmo, las embarcaciones que lograban llegar al vecino del norte eran decomisadas y no devueltas a Cuba, lo que significó más de un conflicto.

A ese asunto se refería un Decreto-Ley aprobado en 1999, en el que se recordaba el “deber de obstaculizar las salidas ilegales con la seriedad y responsabilidad con que asumimos siempre nuestros compromisos. Los que intentan emigrar ilegalmente violan los compromisos internacionales de nuestro país, y promueven la desobediencia y transgresión de la legalidad”.

 

En los últimos tiempos, con la normalización de las relaciones con EEUU y las nuevas políticas migratorias cubanas, la prohibición había ido perdiendo parte de su sentido inicial y se hacía cada vez más difícil de aplicar o controlar, a la vez que se continuaba llevando a veces hasta límites absurdos.

Un dilema se presentaba ya con la compañía estadounidense de cruceros “Carnival”, que firmó contratos con empresas cubanas para iniciar operaciones entre EEUU y Cuba a partir de este mes de mayo. Debido a esas regulaciones, hasta ahora no le era permitido vender billetes a cubanos, incluso a aquellos que residían fuera de la isla.Es en este momento que las autoridades cubanas levantan la prohibición, como continuidad del proceso de estudio de las normas migratorias.

“En el contexto actual de las relaciones con Estados Unidos, se han sostenido intercambios entre autoridades de ambos países para abordar temas relacionados con la aplicación y cumplimiento de la ley, el terrorismo, la seguridad de la navegación marítima y el tráfico de personas, así como de los viajes y el comercio, entre otros temas relacionados con la seguridad nacional de Cuba y EEUU, con el objetivo de promover la cooperación bilateral de beneficio mutuo”, explica la nota oficial.

“Será importante avanzar en la concertación y funcionamiento de mecanismos de cooperación bilateral en estas esferas para prevenir y enfrentar la realización de acciones terroristas contra Cuba, que fueron las que dieron origen a la regulación”, amplia la información.Queda ahora la pelota en el terreno de Estados Unidos, al que le toca no solo revisar y derogar la Ley de Ajuste Cubano, que sigue propiciando la emigración ilegal, sino levantar su propia prohibición a los ciudadanos estadounidenses de viajar libremente a Cuba.

Mientras tanto, aunque el crucero o el yate sigan siendo un sueño inalcanzable para la inmensa mayoría de los cubanos, conforta saber que hemos recuperado un derecho elemental.

Written by María Fernanda Muñóz

Periodista venezolana. ¿La mejor arma? Humanidad. Pasión se escribe con P de periodismo

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