in , , ,

Los nueve años del blog Cine Cubano: la pupila insomne

(IPS Cuba).- Recién volví de Santa Clara. Viajé allí con mi colega Antonio Enrique González para intercambiar con un grupo de artistas reunidos alrededor del proyecto “Dentro del juego”. Nos habían invitado para impartir conferencias y organizar muestras audiovisuales a manera de talleres con los creadores participantes del proyecto y con público en general.

cartel

“Dentro del juego” se autocalifica como “proyecto artístico colectivo”, pero la frase lo define remotamente. Se trata en verdad de autoconvocados, con una orientación que comprende las artes visuales, la videocreación, la música, el teatro, la danza y la crítica e investigación. Su iniciación coincide con una necesidad concreta: ofrecer un escenario de visibilidad para creadores jóvenes, incluyendo a estudiantes de escuelas de arte, además de producir intercambio de ideas y enfoques desde la atención crítica.

Pero cada proyecto tiene varios orígenes, acaso más pueriles, que lo conectan con la realidad específica de su tiempo. En este caso: el Salón de la Ciudad de Santa Clara decidió librar su convocatoria por invitación, en vez de mediante  un llamado abierto. Un grupo de creadores percibieron tal decisión como excluyente. Su reacción fue auto-organizarse, curar su propio salón, sostener el criterio más incluyente posible, diseñar publicaciones, sitio web y un programa de actividades diversas.

El Centro de Desarrollo e Investigación de la Danza y el Teatro, que dirige Ernesto Alejo Sosa, bailarín y coreógrafo al frente de Danza del alma, se convirtió en su sede permanente. La mansión neoclásica que antes fuera hospital materno e institución de salud mental, hoy exhibe una galería de arte en su pasillo central, además de un salón de proyección para audiovisuales y pabellones donde decenas de bailarines trabajan desde el amanecer.

Insisto en el factor de la autoconvocatoria. Nadie invitó a estos artistas a organizarse, mucho menos obedecieron a una orientación que “bajó”. Reaccionaron ante una demanda de su ámbito de creación y pusieron a funcionar la imaginación para resolverla. Formularon las preguntas de rigor y propusieron múltiples respuestas. Tampoco lo hicieron en contra de las instituciones establecidas. Al contrario, solicitaron su apoyo y por momentos lo encontraron. Pero procedieron desde una lógica propia, derivada de sus necesidades.

También en Santa Clara hice una visita a mi amigo Lorenzo Lunar Cardedo en su librería de títulos de uso y raros “La piedra lunar”, justo en la esquina de Luis Estévez y Conyedo. Allí él y Rebeca Murga han alimentado por años el sueño de casi cualquier escritor: fundar una editorial propia. Editan e imprimen tiradas pequeñas de narrativa, poesía y ensayo, así como una curiosa colección de títulos ilustrados a mano, únicos y delicados. Y elaboran lo que debe ser una revista dedicada a la literatura negra en Cuba. Además, el estrecho espacio se brinda a talleres, lecturas, concursos y presentaciones de libros. Propone además servicio de descargas de libros y audiovisuales.

Supe también de Ediciones Obrador, una editorial asentada en Canadá, pero gestionada desde Cuba por Yaikel Águila Camacho y Ariel Pérez Rodríguez. Publica títulos de autores cubanos en volúmenes cuidados hasta el más mínimo detalle. Comprende colecciones de literatura infantil, juvenil, de poesía, narrativa y ciencia ficción. Hasta la fecha, su catálogo incluye libros de Déborah García Morales, Lariza Fuentes, Luis Cabrera Delgado, Mildre Hernández, Sigrid Victoria y Yamil Díaz. En una colección bautizada en homenaje nada menos que a Agustín de Rojas, Yoss publicó una novela.

Su manifiesto editorial declara: “Las letras cubanas, que históricamente han influido en todo el ámbito de la lengua española, merecen una difusión ajena al fetichismo que hoy rodea la imagen de su Isla como una tierra caribeña conocida por sus atractivos turísticos: ron, tabaco, playas… Tales atributos, aunque forman parte de su identidad, no la definen como pueblo. (…) En Cuba, donde la subsistencia diaria estimula el derroche constante de una creatividad ilimitada y el surgimiento de personajes y hábitos pintorescos —a veces tristes, a veces insólitos—, un sinfín de talento canaliza las vibraciones insulares para mostrarnos la realidad del país a través de una literatura y de una visualidad desconocida, que a Ediciones Obrador le interesa divulgar.” Tienen sitio web en www.edicionesobrador.com

Cualquier análisis serio de las lógicas de la evolución cultural revela que la auto-organización es el estado natural de los procesos de creación modernos. En cambio, un pensamiento cómodo nos ha acostumbrado a considerar que cualquier emprendimiento de organización fuera de los marcos del orden institucional debe ser visto con sospecha. Otro, de signo opuesto, desautoriza actuar desde ese orden. Pero en Cuba se tiende a considerar que fuera de la esfera simbólica oficial no debería crecer fruto valioso.

Es ese el eje de la discusión en torno a la hegemonía que circula hoy entre nosotros y que suele reunir las voces monologales de un puñado de “especialistas”, quienes siguen hablando desde un elitismo pequeño burgués, que se atreven a pontificar qué deben ver, oír, leer (y finalmente: pensar) los demás. Que se pierden la fortuna de una convivencia de la cual todos salimos enriquecidos. Por desgracia, Ediciones Obrador vende sus libros cubanos en todo el mundo… menos en Cuba. Están en conversaciones para lograrlo, pero nuestra burocracia es lenta y espesa.

Hice tan largo preámbulo para caer en el asunto que convoca estas cuartillas: el noveno aniversario del blog de Juan Antonio García Borrero: Cine cubano, la pupila insomne. Hoy parece sencillo tener una publicación así, sirviendose de la gratuidad y sencillez de innumerables plataformas de internet donde crear páginas personales. Pero todo el que conoce un poco de estos géneros sabe que el quid de esta cuestión no es instaurar un blog, sino mantenerlo con contenidos estimables. Y el segundo, hacer que los contenidos sean pertinentes para algo más que el ombliguismo autoral, que la iniciativa individual revierta en utilidad para una comunidad más ancha que la del autor y su círculo de intereses.

Cine cubano, la pupila insomne ha trascendido esa función con creces. Hoy es uno de los primeros hallazgos que devuelve cualquier buscador de internet cuando se introducen los términos “cine cubano”. Lo que comenzó siendo una estación para las ideas y el trabajo personal de Borrero, es ahora un lugar que permite entrar a la diversidad de temas que abarcan los estudios sobre el cine nacional, no solo desde la perspectiva indígena, no solo operando alrededor del trabajo crítico, o historiográfico, ni solamente a partir de aquello con valor informativo o de actualidad.

Evitar esa condición pasiva o de depósito lo ha convertido en seno de debates e intercambios donde interviene no solo la comunidad del cine y de los estudios de la imagen, sino un ámbito intelectual mayor. Cine cubano, la pupila insomne es un territorio virtual que opera como ágora casi ideal, como escenario para el encuentro de voces distintas, donde se formulan preguntas y se ofrece un espacio para el otro. Juani no impone en general su autoridad, ni se reserva la última palabra, sino que prefiere actuar como mediador, provocador, como otro más en un diálogo de muchos.

¿No es acaso esta una idea deseable para la comunidad intelectual cubana? ¿Para la sociedad cubana misma? Este amago de esfera pública abierta y todo menos oficial debería ser modélico para una manera de encontrarnos en comunidad, sin autoridades establecidas desde una tribuna. Juani insiste en referirse a su voluntad como la de buscar producir una inteligencia colectiva, un cuerpo entrelazado en el abrazo de la interacción que aporte a todos. Porque son estos escenarios que nacen de la voluntad individual, pero que abren un espacio para el otro, aunque no piense igual.

De ahí que la normal evolución de su iniciativa diese lugar a un ágora real. A inicios de 2016 se celebró en Camagüey, desde donde trabaja Juani, el Primer Encuentro sobre Cultura Audiovisual y Tecnologías Digitales. Su marco excedió con mucho eso que es el blog, pero el ánimo fue el mismo: compartir. Se trató de una iniciativa que hizo salir varias de las ideas que han ido y venido a través del blog al pasar de los años, para exhibirlas en la plaza pública. Ello supone una comprensión serena y madura de qué es y para qué sirve el socialismo como gesto de dar, no como doctrina tras la cual atrincherarse. Por eso necesitamos de esos jardines de esfera pública de que habla el intelectual alemán Alexander Kluge, allí donde las palabras sostengan el peso moral que las nutre por encima de su valor de uso, de su pragmática persuasiva, eso siempre preferido por el poder.

Me alegra haber visto que semejantes jardines verdean por Cuba entera.

Written by IPS Cuba

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

¡FIN DE LA ESPERA! Roberta Jacobson es confirmada embajadora de México

¡EN FAMILIA! EEUU hace esfuerzos por reunir a ex presos políticos cubanos con sus familias