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¡SIN REMEDIO! Pánfilo no se conforma con visita de Obama y viaja a Washington

Fuente: Facebook

Dos semanas antes de que Barack Obama, presidente de los Estados Unidos emprendiera su histórico viaje a La Habana en marzo, uno de los humoristas más populares de Cuba recibió una llamada telefónica de la embajada de Estados Unidos.

“¡Pensé que había algún problema con mi visa!”, recuerda Luis Silva, también conocido como Pánfilo, el nombre de su personaje, un jubilado picajoso pero de buen corazón que gusta bromear sobre las luchas diarias de la vida.

Sobre su visita a Washington, el actor cubano que hace de Pánfilo comentó en facebook: “Con su jabita y su libreta llegó hasta la mismísima Embajada de Cuba. Noche cubana bien divertida. Gracias por la invitación. Ya sé que se deben estar preguntando si además visité otra edificación. Jejeje”

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A continuación la entrevista realizada por The Washington Post al comediante cubano, en su permanencia por la ciudad norteamericana.

La razón de la llamada era saber si el cómico estaría interesado en actuar durante la visita de Obama. Silva asumió que se trataba de actuar ante los dignatarios. Pero no. La pregunta fue: ¿Le gustaría a Silva colaborar en un sketch protagonizado por Pánfilo y Obama?

Los estadounidenses están acostumbrados a ver a sus líderes políticos participar e incluso actuar en los shows de humor, pero no es el caso de los cubanos.

“Me quedé con la boca abierta”, dice Silva, de 37 años, guionista y estrella del show “Vivir del Cuento”, protagonizado por Pánfilo. Un programa seguido por dos tercios de los cubanos en la televisión nacional.

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Silva recordó este ejemplo pionero en la diplomacia del humor durante una entrevista en la embajada de Cuba en Washington, donde actuó el 29 de abril.

Después de contrastar ideas con la embajada y la Casa Blanca, Silva y sus co-guionistas elaboraron dos guiones. En el primero, Pánfilo llamaba a la Casa Blanca y, para su sorpresa, acababa hablando con Obama. Ese video debía ser diseminado en internet en Estados Unidos y en televisión en Cuba poco antes del viaje de Obama a la isla, de manera que se grabaron las dos partes por separado, en Washington y La Habana.

La grabación de la parte de Obama hablando al teléfono llegó a Cuba a tiempo para ser unida con la parte de Pánfilo. Cuando llegó la grabación de Obama, todo el personal de la estación de TV se apiñó alrededor de una computadora para ser testigos de un momento importante en la historia del humor cubano: el comandante en jefe estadounidense conversando desde la Oficina Oval con Pánfilo y, de alguna manera, con todo el pueblo cubano.

Para sorpresa y gozo de la audencia, Obama dejó caer una expresión muy cubana: “¿Qué bola?” Algo que forma parte de la jerga cubana y los guionistas nunca la imaginaron en boca del presidente de Estados Unidos.

“¡Se salió del guión!”, recuerda Silva.

El humorista volvió a grabar parte de su diálogo para encajarlo mejor con el tono de Obama.

En el segundo sketch, grabado en La Habana, Obama visita a Pánfilo y a sus amigos Chequera y Facundo, y los cuatro comparten una partida de dominó. En referencia al embargo, Obama llega justo cuando Pánfilo trata de colocar una ficha y al no conseguirlo dice: “Estoy bloqueado”. Pero de pronto consigue jugarla y “el bloqueo” termina.

Pánfilo (personaje del humorista cubano Luis Silva) durante su actuación en la embajada de Cuba en Washington, el último viernes de abril de 2016. (David Montgomery/The Washington Post)
“El juego se trancó, de manera metafórica… bueno pues las relaciones hasta un momento estuvieron trancadas, las relaciones no se avanzaban entre Cuba y los Estados Unidos,” dice Silva. “Y Pánfilo dice, no, no, eso se soluciona.”

Según el humorista, las autoridades cubanas no interfirieron en el guión.

Aunque las apariciones públicas en clave de humor forman parte de una táctica habitual de Obama para avanzar su agenda con una sonrisa, Silva dijo que la reacción en Cuba fue positiva y nunca se dudó en otorgarle al presidente estadounidense esta popular plataforma. Pero Silva también comentó que algunos dijeron que Pánfilo debió haber sido más agresivo con Obama.

Silva era profesor de matemáticas y ciencias de la computación en la Universidad de La Habana, pero llevaba años actuando como humorista. Se inventó a Pánfilo durante un monólogo en el que hablaba del pan cubano, cuando todavía era estudiante. Eso fue en 2001, y en 2008 dejó el mundo académico cuando fue reclutado por la TV cubana.

El show tiene gran éxito entre la audiencia cubana, en parte, porque Silva y sus colaboradores utilizan el humor para satirizar las luchas cotidianas de las personas de una manera que no se había visto antes en la televisión cubana.

En un episodio, por ejemplo, el techo de la sala empieza a caerse en la casa de Pánfilo —algo frecuente en una ciudad como La Habana donde los edificios históricos sufren derrumbes y otros desperfectos.

Pánfilo no puede pagar el arreglo y organiza toda una rocambolesca trama para recaudar fondos. Monta una escuela de idomas para enseñar inglés a los cubanos que intentan hacer dinero con el boom del turismo en La Habana Vieja. El problema es que los profesores hablan inglés igual de mal que los estudiantes y, además, no tienen licencia legal para empezar el negocio.

En Cuba, sus seguidores levantan algunos episodios al internet y consiguen una gran audiencia entre los cubanos del exterior.

“La gente dice: ¿Viste lo que dijeron anoche en ‘Vivir del Cuento’?”, cuenta Silva. “El Cubano siente que un problema que tiene es reflejado en la televisión, y siente que no está solo….Hemos logrado tocar todo tipo de temas, y hemos tratado siempre de tocarlos con el respeto que se merecen, y siempre con la premisa importante del programa, hacer reir. El objetivo del programa es hacer reir”.

Silva es mucho más joven que su personaje. En la embajada cubana en Washington, el último viernes de abril, se maquilló y apareció transformado en el inquieto Pánfilo, bizqueando y tambaleándose, con su camisa a cuadros y gorro de pana, sujetando una vieja bolsa de la compra y esa libreta del racionamiento de alimentos que parece obsesionarle.

Silva/Pánfilo llevó a cabo un monólogo de una hora que hizo reir a una audiencia que entendía esos cubanismos y aquella cubanía, trascendiendo la política.

Silva había sido capaz de inyectar ese mismo espíritu en las dos rutinas con Obama. En ambas, Pánfilo repite: “No es fácil pero tampoco es difícil”. Esta frase captura algo muy cubano: ese cierto optimismo e ingenio ante la adversidad

“Es un dicho que siempre decimos. Porque un cubano siempre dice, ‘No es fácil.’ Pero siempre como que, ‘No es fácil pero tampoco es difícil.’ Tampoco es imposible. Uno se[?] puede hacer. No es fácil pero vamos a hacerlo. No es fácil pero tampoco es difícil. Y realmente, mira, las cosas que han pasado en las mismas relacion relaciones entre Cuba y los Estados Unidos. No es fácil pero tampoco ha sido difícil. Se están iniciando. Se están logrando cosas.”

Written by María Fernanda Muñóz

Periodista venezolana. ¿La mejor arma? Humanidad. Pasión se escribe con P de periodismo

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