Así son los dictadores. Bajo la promesa populista de equidad, argumentos izquierdistas que no son más que un discurso, se llenan de riquezas y es el pueblo quien termina pagando los platos rotos. Cuba de eso sabe y Venezuela a la par. Mientras Corea del Norte, una nación que a menudo tiene dificultades para alimentar a su propio pueblo, Kim Jon Un hace millones de dólares al ofrecer servicios de alimentación en países extranjeros.
El diario New York Times reseñó que “entidades vinculadas al Estado totalitario de Kim Jong-un han establecido una vasta cadena de restaurantes en el extranjero donde ofrecen espectáculos de canto y baile con camareras vestidas con atuendos tradicionales.”
“Ellas atienden a los turistas y hombres de negocios, muchos de ellos surcoreanos, y suplen la gran necesidad de ganancias en divisas que necesita el país comunista, situado al margen de la economía mundial por las sanciones que ha recibido debido a su programa de armas nucleares.
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Debido a que esos restaurantes manejan una gran cantidad de dinero en efectivo, también son sospechosos de ser un conducto para el lavado de dinero de algunas de las actividades ilegales que han provocado las sanciones de Corea del Norte.
Hay unos 130 restaurantes, la mayoría de ellos ubicados en China. Pero también han sido establecidos en el sudeste y el sur de Asia, y otros están mucho más lejos como en Rusia, Mongolia e, incluso, en los Países Bajos. Algunos se llaman Pyongyang, como la capital de Corea del Norte.
Sus menús suelen ofrecer especialidades como fideos fríos además de muchas variaciones de kimchi (plato típico coreano de col fermentada) y, en algunos lugares de Asia, también preparan sopa de carne de perro.
Las camareras de Corea del Norte son cuidadosamente seleccionadas por su lealtad y aunque son vigiladas por agentes de seguridad se ha reportado que algunas han tratado de desertar. Cuando alguien logra escapar, el restaurante es cerrado rápidamente y el resto del personal es enviado a casa.
La cadena gastronómica de Pyongyang se hizo famosa en febrero cuando el gobierno de Corea del Sur, en una estrategia para aumentar la presión sobre Corea del Norte después de que ese país hiciera una prueba de misil, instó a que sus ciudadanos dejaran de realizar consumos en esos restaurantes cuando viajan.”
