(Foto: Reuters)
NUEVA YORK, Estados Unidos.- “Nunca pensé que, luego de huir de Cuba a Venezuela, iba a caer en un abismo peor del que me escapaba”, me comentó el cubano Manuel Oro Blanco.
A Oro Blanco lo conocí en 1994 en la Base Naval de Guantánamo y mantuve correspondencia con él todos estos años en que estuvo en Venezuela, pero hoy no lo puedo encontrar. Manuel ha desaparecido y temo por su vida, porque nunca aceptó el sometimiento de nadie.
Como esta historia hay cientos, especialmente de cubanos hoy desencantados y con un futuro aún más oscuro del que huyeron de la Isla.
Nacionales –y extranjeros que hicieron de esta nación caribeña su nueva patria– hoy tienen frente a sí un país destruido en todos los sentidos posibles.
Venezuela ha caído al precipicio y solo se salvará si se aferra al revocatorio contra Nicolás Maduro, como la última alternativa para emerger desde el fondo en el grave trance en que encuentra sumergida.
Pero no va a ser fácil, y hay muchos que predicen que la crisis puede desembocar en una guerra civil provocada por el gobierno de Nicolás Maduro y aconsejada por el régimen de La Habana.
La oposición espera realizar el referendo revocatorio a más tardar a finales de este año, pero el oficialismo sigue usando plazos legales para decir que no se realizará.
El vicepresidente, Aristóbulo Istúriz, afirmó este domingo que no habrá referendo revocatorio, ateniéndose a supuestos errores en la recolección de firmas para convocar la consulta. Y recalcó: “Tendrán que matarnos a todos” (para hacerlo).
El exiliado Gustavo Coronel dice que la culpa está en los militares venezolanos: “La de Maduro es una dictadura chabacana, soez, agresiva, irracional, cuyo portavoz es un analfabeto pero cuyo verdadero poder está localizado en un grupo corrupto de la Fuerza Armada.
Agrega Coronel que confrontar la barbarie entronizada en el poder es una exigencia que la Constitución le hace a los venezolanos en artículos muy claros, que no dejan lugar a dudas. Según el artículo 350 : “El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos”.
“Si retengo la respiración un poco más (por lo que está ocurriendo) me va a dar un ‘yeyo’”, me comentó Luisa Carvajal desde Caracas.
“La crisis irrevocablemente va hacia una definición de fuerza, debido a ‘la tranca’ impuesta por gobierno”, predijo Marcos, un analista venezolano.
El líder opositor Henrique Capriles está de acuerdo y advierte a Miraflores: “Si ustedes trancan la vía democrática, nosotros no sabemos qué puede pasar en este país. Venezuela es una bomba que en cualquier momento puede explotar”.
La oposición convocó otra movilización para este miércoles, que desembocará ante el edificio del Consejo Nacional Electoral (CNE) en Caracas, cuyos miembros responden a los intereses del gobierno de Nicolás Maduro.
Frente a esta alternativa, millones de venezolanos se mantienen a la espera de que algo termine por suceder, de una vez por todas.
