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El hermetismo se desploma

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MIAMI, Estados Unidos.- El acto de graduación de la Universidad de la Florida (UF) celebrado el pasado 30 de abril concedió una particular atención a destacar el desarrollo de las redes sociales de comunicación y las tecnologías que les sirven de soporte. La ocasión era propicia, pues el alto centro docente, fundado en 1853, incluyó entre sus cátedras la de Periodismo y Comunicación en 1916. A cien años de esto último, Bernie Machen, el actual presidente de la institución, dedicó parte de su discurso a un tema que dominan con normalidad los centenares de graduados presentes en el Ben Hill Griffin Stadium, especialistas en el lenguaje de hashtags, emoticonos y websites.

Y es que la irrupción de las novedosas tecnologías de comunicación impacta en todos los niveles de la sociedad moderna, haciendo que ninguno quede indiferente ante esta realidad. Nuevos retos en nuevos tiempos que se imponen en la ciencia, la economía o la política. Terrenos donde el dominio público de la red de redes significa un desafío difícil de eludir para los que ocupan responsabilidades ante la comunidad. Una revolución del ciberespacio transformadora ante la que es cada vez más problemático burlar transparencias y coartar libertades.

Un ejemplo de la inevitabilidad de esta impronta es la batalla que libra Uber, novísimo sistema de alquiler de autos que está poniendo en crisis al tradicional servicio de taxis en el mundo entero, al punto que estos aprecian su futuro en peligro de existencia. La diferencia, pese a ciertas reticencias, es apreciable en cuanto a rapidez, abaratamiento de coste, forma de pago y la capacidad para ver en tiempo real a través de un celular la ubicación del auto, su descripción y el nombre de la persona que lo maneja. La renta habitacional o la hostelería se suman a esta modalidad.

Ni las sociedades cerradas escapan al estallido de la conectividad. Un reporte publicado en abril en la agencia Reuters por el periodista Frank J. Daniel subrayaba la exitosa demanda que tiene el discurso de Barack Obama en La Habana, así como todas las actividades realizadas por el presidente norteamericano durante su visita en la Isla. La nota describe cómo la recopilación de materiales sobre esta noticia se produce gracias a la distribución de una herramienta independiente conocida como “el paquete”, una recolección de películas, novelas, programas musicales y de entretenimiento captados en internet y que, reproducidos en soportes duros, circulan entre un público que por ahora se calcula en un tercio de la población cubana. Un número pequeño pero nada despreciable tomando en cuenta que en la Isla los medios, y lo que estos emiten, están bajo control total del gobierno.

Resulta llamativo que por esta especie de fenómeno nacional, como lo designa uno de sus creadores, incluya por primera vez un tema político, del que tanto han cuidado evitar los que durante años incursionan por cuenta propia en el negocio del alquiler de audiovisuales. En un país donde el acceso a Internet es costoso y limitado, para muchos cubanos su mejor oportunidad de escuchar el discurso de Obama ha sido gracias al “paquete”. Otro ejemplo de la ruptura del monopolio informativo que ha caracterizado al gobierno castrista durante años, pero que también puede observarse como la inevitable llegada de las nuevas tecnologías comunicativas, que irrumpen de manera inevitable en Cuba, de igual forma que ocurre en tantos otros países.

En un reciente evento celebrado en Austin, Texas, la periodista independiente Yoani Sánchez describía a los participantes del Simposio Internacional de Periodismo Online (ISOJ por sus siglas en inglés) las dificultades para hacer periodismo no oficialista en “la isla de los desconectados”. Pero la comunicadora cubana reconoció que a pesar de los escollos, que no son pocos, existen avances y se abren brechas. El periodismo de datos, el material multimedia y la creación de una app para celulares son algunas de ellas.

La aseveración hecha por Yoani sobre el valor de las nuevas herramientas liberadoras para la ciudadanía de la Isla, confirma que en a Cuba también se aprecia el efecto de una realidad que se abre paso a pesar de resistencias inmovilistas. Gracias a esta coyuntura tecnológica, proyectos como 14ymedio o la APLP, entre otros, perfilan un futuro cercano de transición. Una posibilidad que hasta hace poco parecía inconcebible y lejana.

El número creciente de los que se conectan con Internet a través de WiFi en lugares abiertos, pese al coste que ello significa, las imágenes tomadas con celulares por ciudadanos comunes mostrando eventos culturales, la llegada del primer crucero norteamericano, la presencia de Obama en las calles habaneras, incluso protestas públicas, noticias que la prensa oficial no refleja o acciones represivas, son una clara muestra del efecto positivo de estas novedosas formas de comunicación, imponiéndose ante una estructura informativa hermética que se desploma a ojos vista.

Written by CubaNet

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