Hambre, incertidumbre y frustración, es como se sienten los 22 cubanos varados en Zapsurro, Colombia luego de que el gobierno panameño no les permitiera reunirse con el grupo que se encuentra a la espera de su traslado. Durante todo ese tiempo, los isleños se las han ingeniado para sobrevivir.
Algunos pobladores les ofrecen comida y cobijo, pero otras veces tienen que recurrir a sus instintos de supervivencia y recolectar todo aquello que la tierra les proporcione para alimentarse. “Tenemos que comer mangos. Algunas veces que los vecinos de por aquí nos dan agua o galletas para los niños, pero esto es difícil. Yo todas las mañanas lloro y todas las noches, porque yo no pienso en mi sino en los niños ellos no están adaptados para estar pasando hambre”, expresó Marlene Núñez.
Recordemos que el pasado 9 de mayo, el presidente de panameño ordeno el cierre de la frontera sur con Colombia para poner un alto a la crisis migratoria de los cubanos que intentan llegar a los Estados Unidos.
Dani, uno de los 22 cubanos, mostro su frustración al describir como fue el regreso hacia Colombia luego de haber estado tan cerca de lograr el traslado a México. “El retorno, fue una cosa indescriptible, ya pensábamos que lo habíamos logrado y de pronto nos devuelven”.