Los productos biotecnológicos de Cuba cuentan con 893 registros sanitarios en el exterior y llegan a más de 50 países, como resultado de una exitosa conexión entre ciencia y economía, sustentó hoy un experto.
Agustín Lage, director del Centro de Inmunología Molecular, disertó sobre el tema en el II Congreso Internacional sobre Gestión Económica y Desarrollo, que sesiona en el capitalino Palacio de las Convenciones con la participación de unos 900 delegados de 17 países.
En conferencia magistral, el destacado investigador evaluó conceptos básicos sobre la experiencia de Cuba en el fomento de empresas de alta tecnología a partir de la intervención del Estado.
Según explicó, el auge de la biotecnología en la isla es esencialmente una operación de conexión entre la ciencia y la economía de la que surgieron nuevas empresas a partir de unidades científicas presupuestadas.
Dichas organizaciones productivas prefiguran lo que puede ser la empresa de alta tecnología (EAT) dentro del modelo económico cubano, sujeto a un proceso de actualización integral, estimó.
Lage distinguió que las entidades del sector en el país se distinguen por su alta productividad del trabajo, la calificación de los recursos humanos, el logro de productos novedosos y su rápido relevo, la internalización de la investigación científica en la empresa y las conexiones estrechas y diversas con el mercado externo.
De acuerdo con el científico, la experiencia de las EAT en la biotecnología puede extenderse a otros sectores de la economía de nacional y valida el concepto de que el actor principal de la transformación es el sector empresarial estatal.
“Mientras más tecnológica sea nuestra economía, más socialista será”, aseveró el también diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Actualmente del grupo integrador de la rama en el país está compuesto por 32 empresas, posee 78 instalaciones productivas y ofrece empleo a más de 21 mil 700 trabajadores, apreció el ponente.
Al decir de Lage, “la tarea principal va más allá de la ciencia: es construir conexiones entre ciencia, producción y economía”, y según la experiencia acumulada el capital humano es condición necesaria, pero no suficiente” para lograr el progreso.
“Hay que crear la organización productiva que conecta la ciencia con la economía: la empresa de alta tecnología”, la cual se dirige y regula de manera diferente”, indicó.
Para un país pequeño como Cuba, explicó, el mercado real está en las exportaciones, no en la demanda interna, pues en nuestro caso “el suministro doméstico no es para hacer dinero”.
En el plano nacional, agregó, la rama biotecnológica busca impacto social en beneficio de la población y prueba de conceptos.
Aunque la propaganda neoliberal trata de establecer mitos contrarios a la intervención del estado, lo cierto es que a escala mundial los grandes avances tecnológicos recientes han surgido de la inversión estatal, recordó el estudioso.
Tomado de CubaSí.cu
