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‘Todo fue mentira’

LA HABANA, Cuba.- Con el compromiso de un “pronto retorno a sus viviendas” la primera secretaria del Partido Comunista en la capital, Mercedes López Acea, despidió el 10 de marzo del año 2012 a las treinta y seis familias que fueron desalojadas ese día del emblemático edificio Sarrá, ubicado en la popular esquina de 12 y 23, “Patrimonio Nacional”.

A cuatro años de aquel adiós, provocado por los problemas constructivos relacionados con la escalera que anunciaban su inminente descalabro, todos los propietarios de este recinto continúan diseminados en albergues por diferentes municipios capitalinos, en espera de la restauración del edificio.

Para conocer todos los detalles de la marcha del proceso de la restauración del Sarrá y el posible regreso a sus antiguas viviendas, CubaNet conversó con Jorge González Vinent, quien se desempeñó durante muchos años como presidente del Consejo de Vecinos del inmueble y fue designado para representar es comunidad ante las autoridades del Partido, el Poder Popular y el Instituto de la Vivienda en la capital.

Nuestro entrevistado, Jorge González Vinent, comparte con su esposa, suegra, nueras, hijos y nietos un local que antes era una peluquería de un edificio de micro brigada en la calle 16 del Reparto Bahía, en la Habana del Este, y que con mucho esfuerzo pudieron habilitar para vivir mientras se repara el Sarrá. A cuatro años de aquel destierro, tanto él como el resto las familias del edificio del Vedado, y que viven en situaciones similares o peores, esperan que se haga realidad la supuesta voluntad del gobierno de recuperar el célebre edificio como vivienda y Patrimonio Nacional.

¿Cuál es la situación del edificio Sarrá?

A estas alturas ni los mismos dirigentes del municipio Plaza de la Revolución saben lo que va a pasar con este importante edificio. Yo paso por allí todos los días y la obra se mantiene en el mismo lugar. El contingente Blas Roca, encargado de la reparación, se ha visto limitado para acometer los trabajos porque allí cuando no faltan los palos, falta el cemento, y cuando no, los productos especiales exportados que garanticen el debido reforzamiento de las columnas.

La falta de coordinación e interés de las autoridades es evidente. En cuatro años, lejos de avanzar en la restauración, todos los apartamentos tienen las paredes cubiertas de moho debido a las calas formadas en el techo, donde el agua penetra de piso en piso llegando incluso hasta la hermosa puerta de la entrada del edificio que era de caoba –una obra de arte de cuando se construyó en 1926– y ya está desfigurada; esto sin contar con que se robaron las tazas de baño, los lavamanos, las repisas de mármol, las cerraduras, las cortinas y otros bienes de los propietarios.

¿Han acudido a los órganos de gobierno para denunciar estas anomalías?

Le hemos dirigido cartas al Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, y copias a las instancias del PCC y a la Fiscalía Provincial de La Habana, denunciando todas estas irregularidades en relación a la reparación del edificio Sarrá; pero desgraciadamente nos sentimos desinformados y olvidados. Al principio yo era invitado como presidente de este Consejo de Vecinos a una reunión, todos los viernes, donde se informaba de los pasos que se daban para progresar en esta reparación, pero desde hace tiempo ni eso existe.

¿Qué opinión tiene sobre la primera secretaria del Partido y su promesa incumplida?

A mí directamente esa señora me dijo: “Jorge, confía en que esto lo vamos a resolver y ustedes vuelven pronto al edificio”. Tal vez, y para darle el margen de la duda, Mercedes no tenía en sus manos el real dictamen de la gravedad en ese momento, pero tampoco le aplaudo a una dirigente de tal jerarquía que juegue con los sentimientos de los tantos comprometidos con la revolución que vivíamos allí.

Ella no ha ejercido su poder ni ha demostrado voluntad para priorizar la reparación de esta obra, que en definitiva es parte del patrimonio de la revolución. Recordemos que en este lugar Fidel Castro declaró el carácter socialista de Cuba, y ese día adquirió un débito con este lugar y creíamos que también con los que vivimos en el edificio Sarrá, pero no fue así.

¿Cómo se sienten las familias albergadas?

Para ninguno de nosotros ha sido fácil adaptarnos a las difíciles condiciones que presentan los locales de tránsito a donde nos mandaron. Si lo aceptamos, fue porque las autoridades nos prometieron que el tiempo para la restauración sería corto y ya vamos por más de cuatro años viviendo en albergues. No entendemos cómo el señor Eusebio Leal se gasta grandes sumas para reparar un edificio en la Habana Vieja, y este, que es una insignia de la revolución está al caerse.

¿Qué puedes decirnos de las reuniones con las autoridades? 

No han resuelto nada. Hablan y hablan, luego informan de los diferentes cronogramas de ejecución y no cumplen ninguno. En enero de este año nos dijeron que para diciembre estaba terminado el edificio y estas son las alturas que allí no se ha avanzado nada. En cuatro años sólo se realizó el apuntalamiento del edificio y varios intentos de reforzamiento de las columnas que no han sido posibles por falta de materiales adecuados.

La historia engañosa se repite. Recuerdo que en el 2012, el anterior Presidente de Gobierno del municipio, Norberto Puchade, en un encuentro con todos los propietarios del Sarrá, junto a otro compañero del Gobierno Provincial, y del Ministerio de Construcciones, nos confirmó que el presupuesto para la reparación del edificio había sido aprobado por el Gobierno para el 2013, y que en un año todo estaría como nuevo, pero todo fue mentira.

leonpadron16@gmail.com

@leonlibredecuba

Written by CubaNet

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