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Algunas novedades para el modelo socialista en Cuba

Un carretillero vendiendo narajas (Foto: AP)

Un carretillero vendiendo narajas (Foto: AP)

LA HABANA, Cuba.- La propiedad privada salió del escaparate del trabajo por cuenta propia en Cuba. Durante 57 años se consideró un mal del capitalismo, desterrado por la propiedad socialista de todo el pueblo, y prohibido por la Constitución de la República.

La Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista la aborda extensamente, en el proyecto publicado el 24 de mayo.

Raúl Castro, en su informe al VII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) efectuado en abril, expresó que el reconocimiento de la existencia de la propiedad privada ha generado inquietudes honestas en no pocos de los participantes en las discusiones previas por preocupaciones de que, al hacerlo, se estuvieran dando los primeros pasos hacia la restauración del capitalismo, y que él estaba en el deber de aseverar que ese no es, en lo más mínimo, el propósito de esta idea conceptual, sino de llamar a las cosas por su nombre.

Asimismo reconoció que el trabajo por cuenta propia llevó en la práctica a la existencia de medianas, pequeñas y microempresas privadas, funcionando sin personalidad jurídica, y regidas por un marco regulatorio legal diseñado para las personas naturales dedicadas a pequeños negocios realizados por el trabajador y su familia.

En el mencionado proyecto, se argumenta la complementariedad de las formas privadas para consolidar la propiedad social, a fin de avanzar hacia una sociedad socialista, próspera y sostenible. Unos 27 artículos se dedicaron al tema, con un acápite específico desde el artículo 173, inciso d, al artículo 186.

Sin embargo, se mantiene la espada de Damocles al prevenir reiteradamente sobre las limitaciones contra la concentración de la propiedad privada y el enriquecimiento (artículos 104,  176).  Las arbitrariedades cometidas bajo el pretexto de la lucha contra el enriquecimiento han sido habituales, incluso hacia los extranjeros, y requeriría mucho cuidado por parte de las autoridades si desean que los inversionistas foráneos perciban seguridad.

Las crecientes diferencias sociales, la corrupción y las deformaciones de los valores han sido provocadas por el sistema imperante, inicialmente debido a la disposición de medios por los dirigentes y actualmente por las actividades empresariales y los negocios privados de sus allegados y de parientes.

Otra novedad es la definición de “una activa y diversa sociedad civil socialista, preparada y organizada en defensa de la revolución”, en el artículo 41 del proyecto. Esa delimitación excluyente se planteó durante intervenciones de delegados en el VII Congreso del PCC, y se refiere a las supuestas organizaciones no gubernamentales y de masas como los Comités de Defensa de la Revolución. Esto legítima la represión contra la opinión distinta a la oficial bajo la acusación de contrarrevolucionaria y dictada por el imperialismo a cualquier ciudadano y la sociedad civil independiente.

La violación de los derechos se constata en el acápite de Principios de Nuestro Socialismo que sustentan el Modelo (artículo 54 al 73). La supuesta importancia de los debates, intercambios de ideas, estrategias comunicacionales y otras acciones para contribuir a la modificación de concepciones y prácticas obsoletas, consideradas el principal obstáculo para la actualización del Modelo (artículo 371), continúan siendo una farsa. La defensa y la seguridad nacional para preservar el sistema político, económico y social cubano (artículos 66, 72), son enfatizadas. Las referencias al imperialismo de Estados Unidos (artículos 14, 17, 21 y 324, 328) siguen la tónica tradicional.

Según la Presentación, el proyecto de Conceptualización se elaboró durante cinco años en ocho versiones; expresa una visión de futuro para la consolidación y el fortalecimiento de la revolución y para conseguir la nación a que aspira el PCC. El proceso de consulta se hará en el marco del partido e invitados de otras organizaciones, de manera que no será sometido a la opinión de la población que deberá acatarlo. Los cubanos continuarán sobrellevando la vida dictada, sin poder participar en el proyecto de país, sin poder hacer Patria.

Al reconocimiento de la propiedad privada debería seguir la liberalización de las actividades en el trabajo por cuenta propia, incluso de los médicos; así como de las cooperativas no agropecuarias, actuales PYMES, muy vinculadas al Estado. Esto les permitiría ser un verdadero complemento a la macroeconomía, con producciones, empleo, pago de impuestos, mejoramiento de la calidad de vida de gran cantidad de cubanos y otros beneficios.

Written by CubaNet

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