La artista y opositora cubana Tania Bruguera, se dirige en estos momentos a la isla, para poner en macha el Instituto de Artivismo Hannah Arendt (INSTAR), un proyecto que tiene como fin la creación de herramientas pacíficas para implementar cambios de política en la Cuba y una alfabetización cívica a través del arte. Luego de recolectar alrededor de 102 mil dolares en una campaña de crowdfunding en la que participaron alrededor de 700 patrocinadores en todo el mundo, Bruguera llegará en las proximas horas a La habana para llevar a cabo su sueño.
Cabe recordar que Tania Bruguera ha desafiado al régimen castrista mediante el uso de las artes.
El susurro de Tatlin
Esta exitosa expresion de rechazo hacia el gobierno castrocomuinista se iba a dar en la plaza de la revolucion en diciembre de 2014, pero culmino con el arresto de varios presentes incluyendo el de la artista, quien aseguró, fue sometida a fuerte tortura psicologica por parte del régimen.
El Susuro de Tatlin, es una manera de expresion artistica llevada a cabo por Tania Bruguera que ha sido muy exitosa dentro de la sociedad cubana opositora. Una ave de color blanco y dos hombres vestidos con el uniforme verde olivo (parecido al de los soldados del régmen) y un microfono abierto para que la gente se exprese acerca del gobierno castrista, forman parte de este performance que varia según la localidad, tema y participantes.
No se rinde
En sus mas recientes declaraciones, la artista cubana dejo bien claro que continuara expresando su rechazó contra los Castro y que ve en el arte una herramienta simbolica para demostrar tal sentimiento. “Nunca sentí que uno hacia arte por placer sino porque era una herramienta”, dijó en una entrevista para el diario BBC Mundo.
“Quiero que la gente recuerde la obra de arte no como una imagen sino como una experiencia, que las cosas que hagamos a traves de ella puedan preservarse durante mucho tiempo en las mentes de aquellos que no pueden expresarse.”
Tania tiene nacionalidad cubana, pero “ella vive donde su obra se desarrolla”. Desde 2011 vive en Estados Unidos, donde estuvo trabajando en un proyecto a largo plazo sobre un movimiento migrante internacional y ahora regresa a Cuba con un sueño que promete ayudar a miles de cubanos.
