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Balance económico de Cuba (III)

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Luego de la elaboración de nueve versiones del plan económico del 2016, que suponían lograr un crecimiento de 4%,3 el país aprobó un plan con el incremento del 2% en el PIB al tomar en cuenta un grupo de elementos objetivos que inciden en una coyuntura externa desfavorable para 2016.

En este sentido, debe insistirse que para que se logre un crecimiento de 1% en el PIB las importaciones deben crecer entre 2 y 3%, por lo que resulta indispensable evaluar cómo financiar un volumen de compras externas que debe crecer proporcionalmente, contando con que el 53% de las mismas se liquidarán mediante créditos comerciales.

Al examinar las perspectivas de los ingresos en divisas a través de las exportaciones, para el presente año se estima que el precio (4) de la tonelada de níquel promedie 10 000 USD, cifra inferior en 15,7% a la del 2015, en tanto que las perspectivas para el 2020 apuntan a un precio de 13 608 USD, 36,1% más elevado que en 2016, pero inferior a los 16 893 USD del 2014. En el caso del azúcar, el precio del 2016 se pronostica que será 16,10 centavos la libra, 16,5% superior al año pasado, pero por debajo de los 17 centavos promedio del 2014.

Adicionalmente se espera que el precio de este año se mantenga sin muchos cambios hasta 2020.

En el caso de las exportaciones de combustibles, la información oficial muestra que de 827,3 mil toneladas exportadas en el 2015 por 326,7 millones de USD, se pasa a 557,7 mil toneladas y 227,8 millones en este año, para una disminución de 32,6% en términos físicos y de 30,3% en valor, todo lo cual refleja el impacto de la caída de los precios del barril de petróleo, que descienden 27,2% en 2016, situándose en 37 USD. Adicionalmente, según los estimados del Banco Mundial, el precio solo alcanzará 58,80 USD en 2020, mostrando una muy lenta recuperación en el futuro próximo.

En cuanto a la exportación de servicios, luego del crecimiento del número de turistas -que alcanzó 17,2% en 2015-, con un ingreso bruto directo estimado en 1 940 millones de USD, este año se ha previsto que el número de visitantes aumente 4,5% para llegar a 3,7 millones, que se calcula pueden aportar entre 500 y 600 millones de dólares adicionales como ingresos brutos totales del sector. No obstante, ya en el primer trimestre el crecimiento se situó en torno al 13%.

Por otro lado, los ingresos por exportación de servicios de fuerza de trabajo calificada se espera que desciendan si consideramos que los principales países receptores, tales como Venezuela y Brasil, muestran -según CEPAL- un pronóstico contractivo este año, con disminuciones del PIB del 6,9 y el 3,5%, respectivamente, que se suman a las caídas ya registradas en el 2015.

En lo que respecta a las importaciones, la factura de alimentos prevista debe alcanzar 1 940 millones de USD, solo 1,3% inferior a la de 2015, en la que se considera lograr una sustitución de compras en el exterior por 58,5 millones de USD, cifra todavía muy modesta.

En este punto no puede dejar de señalarse el negativo impacto de la sequía en la producción agrícola nacional. De igual modo, la dinámica de los precios externos generará un gasto adicional en torno a los 32,8 millones de USD.

De acuerdo con el balance nacional de combustibles, el país consumirá 8 458 000 toneladas este año, lo que significa un incremento de 3% en relación con el año anterior. En ese balance se importarán 5 503 000 toneladas, 1% menos que en 2015, lo que se verá favorecido por la disminución de precios que se pronostica este año. En el balance realizado se supone una disminución del consumo estatal de 10% en las actividades administrativas y 5% en la actividad de servicios.

Uno de los elementos claves a tomar en cuenta en el balance financiero global del país se refiere a la renegociación y pago del servicio de la deuda externa. Este proceso ha venido desarrollándose favorablemente en los últimos cinco años, destacándose la renegociación con Rusia de la deuda de la antigua URSS, donde se logró la condonación del 90% de los adeudos por unos 35 000 millones de USD -según cifras de los acreedores-; la renegociación pactada con México de 487 millones, que se condonaron en 70%, y a finales del pasado año la renegociación con los integrantes del Club de París por 11 100 millones, de los cuales también se condonó el 70%.

Este proceso, que ha demandado una cifra estimada en 19 206 millones de dólares entre 2011 y 2015, ha permitido restaurar gradualmente la confianza de los acreedores en la capacidad de pago del país, al tiempo que ha creado condiciones indispensables para el desarrollo de la inversión extranjera en Cuba.

Dando continuidad a este proceso, en el plan de 2016 se prevé el pago de 5 299 millones de USD por concepto de servicio de la deuda -lo que representa el 35% del valor de las exportaciones- para retomar créditos por 6 540 millones, es decir, 23% superior a lo pagado. Esta situación contrasta favorablemente con el plan del pasado año, en el que se previó un pago por 5 661 millones para retomar el 98%.

Lo anterior se ha logrado manteniendo una relación deuda/PIB que se ha estabilizado entre el 30 y el 35%, incrementando las reservas internacionales y elevando el volumen de inventarios en el país, que han pasado del 12 al 19% del PIB en los últimos tres años.

La fortaleza financiera que el país ha ido alcanzando gradualmente -aun en medio de la plena vigencia del bloqueo económico de Estados Unidos- permite asumir nuevos créditos en una proporción de hasta el 40-45% del PIB, para asegurar su pago oportuno en el futuro.

IV

Un elemento fundamental para asegurar el crecimiento previsto para el presente año son las inversiones a realizar. En tal sentido, se prevé un volumen de 7 841 millones de pesos, lo que representa un crecimiento de 13,5% en relación con 2015, con la mayor concentración en los siguientes sectores: turismo, 1 312 millones de pesos; energía, 711; sector agropecuario, 608; atención a la sequía y el saneamiento, 381; construcciones y materiales de construcción, 317; industria azucarera, 237; telecomunicaciones, 205; biotecnología, 90, e industria alimentaria, unos 90 millones. También, como ya se señaló, debe producirse un crecimiento gradual de proyectos de inversión extranjera directa por encima de los 40 ya pactados desde que se aprobó la nueva ley que norma estas operaciones.

Producto de los recursos financieros disponibles y la capacidad de nuevas inversiones a ejecutar, el crecimiento del PIB debe alcanzar 5,9% en el sector agropecuario, aunque esta cifra podrá variar en función de los efectos de la fuerte sequía que afecta al país (se ha anunciado que solo se podrá disponer del 80% del agua demandada en un área a regar que representa alrededor del 16% de la necesaria); 2,2% en la industria azucarera; 13,4% en la construcción; 3% en transporte y comunicaciones; 11,2% en la actividad hotelera y 2,2% en el valor agregado de la generación eléctrica, gas y agua. También el número de turistas se ha planificado llegue a 3 millones 700 mil en el año, para un incremento de aproximadamente 4,3%, con ingresos brutos -directos e indirectos- que pudieran rebasar los 3 000 millones de dólares.

Por otro lado, se producirán decrecimientos de -8,7% en la minería, afectada por los bajos precios en el mercado internacional; -5,7% en la actividad pesquera y -0,4% en la industria manufacturera, que no cuenta con la disponibilidad de recursos financieros suficientes.

En las finanzas internas se prevé un déficit presupuestario equivalente al 7,1% del PIB, que se financiará en una proporción superior al 70% mediante la emisión de bonos de deuda pública a pagar en 20 años con una tasa máxima de interés del 5% anual. Debe tomarse en cuenta que esto supone el pago gradual de la deuda en cada presupuesto anual, lo que conlleva un límite al gasto corriente de cada año. También se aprobaron exenciones y bonificaciones fiscales para el sector cooperativo agropecuario con vistas a contribuir a la disminución de los costos de producción y distribución.

Desde el punto de vista de la liquidez en manos de la población, se mantiene el control sobre la base de evitar las presiones inflacionarias, lo que debe lograrse a través de incrementos salariales puntuales asociados solo al crecimiento de la productividad del trabajo, a lo que se suma la extensión de los precios minoristas y mayoristas en pesos cubanos sin subsidios y el mantenimiento de impuestos sobre las ventas, tanto en CUP como en CUC. En ese contexto, se prevé un crecimiento del índice de precios al consumidor en CUP de entre 0 y 3% en 2016. Al propio tiempo, se estima que el ahorro se mantenga por encima del 60% de la liquidez total y que la misma se ubique entre el 40 y el 45% del PIB.

La proporción macroeconómica entre el crecimiento del salario medio y la productividad debe mantenerse equilibrada, con un incremento de 2% en el salario (que puede llegar al 35,28% del Valor Agregado Bruto) frente a 2,2% en la productividad.

En relación con los precios minoristas de los alimentos -específicamente los de origen agropecuario- el Ministerio de Economía ha ratificado la política estatal de competir para estabilizar los precios y no proceder -como regla- a topar los precios que se mueven en el mercado.(5) En tal sentido -al igual que el año anterior- se previó sostener los precios estatales con un flujo de oferta que alcanza 110 000 TM de arroz, 12 000 de azúcar refino, 31 000 de chícharo, 15 000 de frijol, 18 000 de harina de trigo, 80 000 de papa y 904 millones de huevos. Igualmente importante ha sido identificar el crecimiento necesario de la oferta en el mercado y no solo de la producción que enfrenta diferentes destinos, además del mercado minorista de la población.(6)

En resumen, el 2016 se presenta como un año de mayores dificultades en relación a lo alcanzado el año anterior. Cabe apuntar un entorno exterior no favorable por los precios de nuestras principales exportaciones y la contracción en los mercados de los socios comerciales más importantes del país. De otra parte, se mantiene un crecimiento positivo del turismo y también se registra un clima de negocios favorable en terceros países en el contexto del proceso de normalización gradual de relaciones con Estados Unidos, lo cual se manifiesta en un flujo financiero externo más favorable que en 2015, aun sin modificaciones sustanciales del bloqueo económico contra nuestro país.

Internamente se registra un equilibrio adecuado entre el crecimiento del salario medio y la productividad, con un sector empresarial estatal que ya ha pagado salarios superiores a 1 000 pesos mensuales en el 22% de sus empresas.

Frente a ello, las mayores tensiones continúan incrementándose en sectores presupuestados, como la educación y la ciencia, donde los salarios del presente no frenan el éxodo de personal calificado.

También merece atención el deterioro del poder de compra real de las pensiones promedio, que crecieron pero sin lograr compensar el aumento de los precios minoristas en los últimos seis años. No obstante en fecha reciente se produjo una rebaja promedio del 20% en el precio minorista de una serie de artículos básicos -tanto en CUC como en CUP- con vistas a mejorar el poder de compra del peso, lo cual -más allá del nivel de rebaja posible que se implementó- refleja la preocupación del Estado cubano por los ingresos de la población, política que se espera continúe en cuanto las condiciones lo permitan.

De este modo, puede percibirse un avance -no sin dificultades- en el desarrollo del país, donde probablemente un nivel de información superior y una participación más activa de los trabajadores en la gestión económica redundarían en un compromiso mayor en el enfrentamiento a los retos que se avecinan para crecer y compensar los costos de las transformaciones en curso.

Written by ravsberg

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